SALUD Y BIOÉTICA

DE LO RELATIVO AL RELATIVISMO
por Sonia  A. Muñoz F. MD

En ética hacemos una diferencia clara y sencilla entre estos dos términos, que gramaticalmente suenan parecido; pero que son realmente opuestos.
Lo relativo es objetivo y se refiere a las relaciones temporo-espaciales que se tejen entre los objetos, los hechos y las personas, en el marco de la realidad.
El relativismo es subjetivo, no se basa en relaciones o hechos reales, niega la verdad y la realidad a capricho de quien la vive, abre la puerta del “todo vale”, niega la ética.

Un ejemplo puede ser: La autoridad es una norma de vida, para aprender a obedecer, respetar, ser humilde, formarnos, etc. En la vida real, la autoridad se emana de padres a hijos, de jefes a empleados, de mandatarios a gobernados y estas relaciones son relativas al cargo que ocupo. En mi caso, yo soy hija de mis padres y madre de mis hijos.

En el relativismo moral, se proclama “haz lo que te guste”, “vive y deja vivir”, “la única norma eres tú”, “se tú mismo”. En este caso yo obedezco a quien considero autoridad para mí, o sea a mí mismo. “El relativismo nos propone una conducta a la carta, que cada uno haga lo que le venga en gana”.
“La ética puede ser relativa en lo accidental, pero no debe serlo en lo esencial”.

Podemos tener diferencias de opinión, nos pueden gustar unos colores más que otros, unas profesiones más que otras, etc. Esto significa que somos diferentes y nuestras escogencias son relativas. 
Pero sabemos que actuar bien es opuesto a actuar mal. No da lo mismo. En el bien nos reafirmamos como personas, y en el mal nos hacemos daño a nosotros mismos y a los demás. Relativismo sería decir hoy quiero portarme bien y mañana mal. Relativo es decir no importa lo que yo quiero, lo que importa es ¿cómo debo comportarme?

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