FAMILIA

LA TOLERANCIA A LA FRUSTRACIÓN

La importancia de dar un 'NO' como respuesta

por Marcela Tobón, asesora familiar

A veces las mamás nos preguntamos ¿Por qué llora tanto mi hijo? Y decidimos: ¡pobrecito, voy a evitarle llorar tanto!, pero... ¿será que el llanto es bueno? ¿Puede traer algún tipo de beneficio? 
Sé que muchas podrían pensar que tanto ruido y estrés no benefician a nadie. La realidad al respecto ha sido estudiada a lo largo de las últimas décadas por pedagogos, psicólogos y demás profesionales inquietos por el tema.
El llanto o las famosas pataletas son generadas por la falta de tolerancia a la frustración, es decir, por la baja aceptación a las respuestas negativas que se reciben de las personas y del medio que los rodea. Recibir un 'no' como respuesta, da al niño una información reorganizadora, que le muestra que el mundo y la vida real no son como él quiere, que sus deseos no siempre son concedidos, lo cual es un evento 100% formador. 
Evitar que tu hijo llore es negarle el conocimiento acerca de la realidad, dado que la cotidianidad a veces nos regala un ‘sí’, pero muy a menudo el día a día nos puede decir ‘no’ y es esto lo que fortalece la personalidad, forma el carácter y conduce a los niños y jóvenes hacia la resiliencia. Es decir, que ese niño que ha tenido la posibilidad de interiorizar y construir un concepto de las normas a través de aquellas experiencias que en su momento han sido difíciles de comprender y en ocasiones han sido experiencias dolorosas, tendrá mucha más fortaleza cuando se pierda el examen, cuando le termine la novia, lo regañe el jefe o le suceda algún evento mucho más trascendente que los anteriores.
El ser humano tiene una tendencia natural a la rebeldía, resistencia que se educa en la medida que vamos creciendo y madurando; es así como vamos fortaleciendo nuestra inteligencia emocional. Sin embargo, el carácter necesita una formación y esa formación compete de manera directa a los padres; son ellos los encargados de mostrarle al niño qué se debe y qué no se debe, qué es bueno y qué es malo, qué se puede y qué no se puede hacer. 
El ‘no’ que forma es un ‘no’ rotundo, un ‘no’ sin explicaciones, un ‘no’ igual al rojo del semáforo que te indica que definitiva y terminantemente te tienes que detener independientemente de si vas muy apresurada o si vas a perder tu cita con el médico. Es importante tener en cuenta que esa radicalidad vale de manera especial cuando se trata de cumplir normas ya establecidas y de ejecutar hábitos como: el baño, la alimentación, la hora de dormir, entre otros; cada familia debe ser la encargada de determinar cuáles son sus ‘no’ negociables; para ello no existe manual ni estructura preestablecida, dado que cada familia se encuentra en el deber y el derecho de educar a sus hijos de acuerdo a su propio criterio. 
Carecer un poco de algo, esperar el turno, sentir frío, hambre, calor o sed por unos minutos no hará que tu hijo se traumatice, por el contrario, recibirá la información adecuada sobre el mundo que lo permeará el resto de su existencia. 
Solo así podrá entender que la luna no lo persigue, que el mundo no gira a su alrededor y que por lo tanto debe sujetarse a un sistema de normas que le permitan adaptarse a las circunstancias, pero sobre todo que lo llevarán a vivir completamente tranquilo y feliz… Si, feliz, porque dejar de llevar la contraria y oponerse a cada cosa que digan los papás o adultos que le rodean, es algo que lo llevará a estar ansioso, triste e inconforme con su realidad. 
En conclusión, llorar un poco o incomodarse por un ‘no’ recibido es una herramienta útil para la vida de nuestros hijos, pues si no les ofrecemos esa oportunidad de descubrir sus sentimientos y de organizarlos, el mundo exterior a su casa lo hará por nosotros de una manera fría y quizás dura. Así pues, animémonos en palabras de san Agustín a ser “amorosamente firmes”, practicando la autoridad, sin autoritarismo, pero sí cargada de amor, ese amor que con los hijos solo procurará lo bueno.

DE TODO UN POCO

VIRTUDES GENERADORAS DE PAZ 
por María Beatriz Toro de Luna

Desde hace unos dos años familiares y amigos colombianos y extranjeros me contaban su experiencia positiva del #graffitourC13. Yo lo asumí como su nombre lo indica: una visita guiada a los graffitis de la Comuna 13, antes la comuna más violenta de Medellín y hoy una populosa y pacífica comuna que presenta orgullosa a sus visitantes los logros obtenidos en la búsqueda de la #paz, la cultura y el bienestar para todos sus habitantes.
En pocas palabras es difícil expresar que la paz tan anhelada se hizo posible por la ayuda de Dios, la presencia del Estado y de la Iglesia, la influencia positiva de unas madres de familia, al empeño de unos cuantos jóvenes que voluntariamente se marginaron de esa cultura de la muerte, de  la violencia, de esa ley del más fuerte, del dinero fácil y gracias a las #virtudes humanas y sociales que caracterizan a los habitantes de esta comuna.

Destaco, a manera de ejemplo primero, que todo la #resiliencia de sus habitantes, que han sido capaces de ser fieles a sus ideales, de progresar a pesar de la adversidad. La #alegría es otra virtud notoria entre estos jóvenes del graffitourC13: alegría en la manera de contar su historia, alegría materializada en su pintura, en su música y su baile.  El sentido de #pertenencia (virtud social) que se refleja en la lucha de todos por mejorar su entorno. La #laboriosidad, la mayoría de estos jóvenes aparte de su trabajo profesional bien  hecho, realizan otras labores en beneficio de la comunidad.  Y la joya de la corona: el #TrabajoBienHecho. Ese trabajo bien hecho lo encontramos en el #cuidado y #aseo del barrio, en la perfección de sus artesanías, en el estudio de los niños y jóvenes, en quienes hacen la gira y en todos los bienes y servicios que ofrecen a los turistas como, por ejemplo, las deliciosas cremas de doña Alba, y finalmente en esa ayuda mutua de sus habitantes.

La visita fue guiada por Pipe Granada, un joven como tantos otros comprometidos con la #paz en su Comuna. Él nos contó la historia de su comuna: una historia cercana de fronteras invisibles, secuestros, amenazas, muerte, extorsión; pero  también una historia de superación, cultura, música, baile, color, sonrisas y alegría que pretende borrar ese pasado sombrío con sus coloridos graffitis, su hip hop, sus artesanías, su emprendimiento y #amabilidad con los vecinos y visitantes. Pipe nos describió con gratitud el aporte del Estado para la mejora de la comuna y nos mostró la actual presencia pacífica del ejército y la policía para ayudar a mantener la paz en el barrio.