DOCTRINA Y VIDA

Agosto con la Santísima Virgen
Por Concepción Campá

El 15 de agosto celebramos la Asunción de la Virgen María, fiesta grande que nos llena de alegría y nos alienta en este camino de la vida. Ella, como buena Madre, nos da ánimo y nos alienta para alcanzar la santidad, a la que por vocación hemos sido llamados.
Desde los comienzos de la Iglesia, los cristianos tuvieron el convencimiento de que Santa María no experimentó la corrupción del sepulcro, sino que había sido llevada en cuerpo y alma a los Cielos.

El Papa Pio XII, el 1 de noviembre de 1950, definía como dogma de fe que  “La Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, cumplido el curso de su vida terrena, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial.”
Desde allí es nuestra intercesora y medianera de todas las gracias, por eso acudimos a Ella a diario, con el rezo del Santo Rosario que nos trae tantas gracias, o con la Salve o nuevas oraciones que conocemos. Hay una especial que dice:
“Dulce Madre no me dejes,

tu vista de mí no apartes,
ven conmigo a todas partes
y sola nunca me dejes.
Y ya que me proteges
tanto como verdadera Madre,
haz que me bendiga el Padre,
el Hijo y el Espíritu Santo. Amén.”

Otra bonita fiesta mariana, la tenemos el día 22:  Santa María Virgen Reina. Los títulos de la realeza de María son su unión con Cristo como Madre y la asociación con su Hijo Rey, en la obra redentora del mundo.
Vivamos este mes con un amor nuevo a María; pídele que te cuide a ti y a tus seres queridos, y ponle flores a alguna imagen para tener un detalle con Ella.

SALUD Y BIOÉTICA

Trastornos en la salud mental del adolescente
por Sonia  A. Muñoz F. MD

Se calcula que el 20% de los adolescentes de todo el mundo sufren de problemas mentales o del comportamiento, y la depresión prevalece entre los 15 y 19 años. Estos problemas existen y son reales; pero pueden y deben tratarse.
Es probable que el adolescente necesite ayuda, si presenta la mayoría de los siguientes síntomas:


• Se siente frecuentemente molesto o muy preocupado
• Sufre por más de seis meses, después de una pérdida o una muerte
• Piensa que su mente está fuera de control
• Consume alcohol o drogas
• Se ejercita obsesivamente
• Pérdida o ganancia, súbitas, de peso y apetito
• Cambios bruscos de personalidad
• Lastima a otros o destruye propiedad ajena
• Trastornos del sueño
• Pérdida de autoestima, sentimientos de tristeza o desesperanza permanentes
• Abandono o pérdida de interés en sus pasatiempos favoritos
• Deseo inminente de cambiar de sitio de estudio


Ante la duda, debemos verificar si estos cambios en el joven se presentan en varios ambientes: en casa, lugar de estudio, centros deportivos, eventos sociales, etc.
Las inquietudes acerca de la salud mental de su hijo(a) adolescente debe abordarlas primero con él(ella). Fomentando así la comunicación efectiva y asertiva, al mostrar interés en sus preocupaciones.
Si las inquietudes son serias, lleve a su hijo(a)  al médico de confianza. Debe realizarse una valoración física inicial, para descartar algún tipo de enfermedad orgánica que trastorna el estado de ánimo, como, por ejemplo, la diabetes, el hipotiroidismo, las enfermedades autoinmunes como el lupus, etc.
Pedir referencia de instituciones de salud mental que puedan brindar asesoría, y manejo con profesionales idóneos.
Si es necesario el tratamiento farmacológico, no estigmatizar al joven; brindarle apoyo, rodearlo de mucho amor y comprensión, reconociendo que está enfermo. Ahora contamos con fármacos que mejoran los síntomas, ayudándole a recuperar el interés por su propia vida y no “dopan” al paciente, ni cambian su conducta.

ETIQUETA

Los buenos modales en el mundo de los negocios 
por  Lily Mosquera de Jensen

A pesar de la nueva tecnología, de la proliferación de la computadora en el mundo de los negocios, siempre las personas tienen que interactuar, de tal forma que aunque la sociedad se vuelve más tecnificada, la necesidad de ese toque personal y sensible debe estar presente.
Cuando se sabe proceder con educación, la respuesta es positiva, se obtiene cooperación, se ganan resultados, se adquieren nuevos clientes y los negocios mejoran.
Son tan importantes los modales de un ejecutivo que hasta superan sus habilidades profesionales. Si un ejecutivo sabe qué hacer, cuándo hacerlo y cómo hacerlo, con propiedad y educación posee una gran ventaja como profesional. Todos los expertos en negocios están de acuerdo que "buenos modales significa buenos negocios".
Ciertas normas de etiqueta varían de país en país y aun de las diferentes ciudades y regiones. Pero siempre se basan en principios del buen comportamiento, que conllevan consideración, deferencia, amabilidad, cortesía, respeto y también sentido común. Así que sin importar el sitio de dónde venga, ni el oficio que desempeña, el ejecutivo debe saber comportarse con las demás personas, basado en la regla de oro de la etiqueta: "Actúe con las demás personas como le gustaría que actuaran con usted." Debe saber entender, aceptar y reconocer las diferencias culturales, para poder llevar una buena relación que vaya en beneficio del negocio.
Sin embargo, la etiqueta actual es más descomplicada que anteriormente. Nosotros recibimos influencia europea en cuanto a su trato más formal, pero la influencia americana,  informal, nos llega con más fuerza. Es común hoy día suprimir el "Don", "Doctor", "Doctora" y sencillamente llamar al jefe por su nombre, lo mismo que a las personas con quienes se hace negocios, así no se conozcan.


Letitia Baldrige, una de las personas más expertas y actualizadas en estos temas asegura: "Los buenos modales representan un costo-beneficio para la empresa. Aumentan la calidad de vida del sitio de trabajo, contribuyen a subir la moral de los empleados, mejoran la imagen de la empresa y además juegan un papel valioso en la generación de utilidades. Por el contrario, conductas negativas causadas por descortesía, egoísmo, descuido o simplemente ignorancia pueden costarle a un empleado su ascenso o aun su puesto."
Los ejecutivos hoy día deben saber cómo saludar, cómo recibir en su oficina, cómo hacer las presentaciones cuando no se conocen, cómo vestirse, cómo y cuándo llamar por teléfono para felicitar a alguien o cuándo se debe enviar una nota escrita a mano. Deben saber cómo actuar en una reunión social, en una recepción de la empresa, en un coctel y en un desayuno o almuerzo de trabajo. Y lo más importante, conocer los modales en la mesa, ya que dejan ver, más que ningún otro aspecto, el nivel de educación de la persona.
 

FAMILIA

El mejor papel de la mujer: la vida real
por  Elizabeth Aguilar
 
Según la película, cuando la famosa actriz norteamericana Grace Kelly se casó con el Príncipe de Mónaco, no tenía muy claro su sitio como princesa ni encajaba en esa sociedad, que no la miraba con buenos ojos por no proceder de la realeza.
Mónaco se encontraba en medio de una crisis política y económica cuando a Grace le ofrecen otro importante papel en una película en Hollywood. La oferta era tentadora, pues su matrimonio después de seis años tampoco marchaba bien. ¿Debo divorciarme?, se preguntaba, pero sabía que eso significaría renunciar a sus hijos y al gran amor que sentía por su esposo.
Afortunadamente pidió consejo a tiempo y lo pidió a las personas indicadas. Reaccionó y le ayudaron a luchar su amor por su esposo y sus hijos, y la conciencia del compromiso que había adquirido el día de su matrimonio al pronunciar las palabras “En la riqueza o en la pobreza…”.
En lugar de volver al cine, se propuso asumir a cabalidad el papel con el que se había comprometido en la vida real. Estudió la historia de ese país, aprendió el idioma y se formó para asumir las obligaciones de su status de princesa. Salvó a su esposo de una traición que lo hubiera llevado a ser derrocado. Se enfocó en causas humanitarias, se ganó el amor del pueblo con su sencillez, elegancia y fidelidad, logrando la paz y el bienestar para Mónaco, prestigio para su familia y algo muy importante: la admiración y el respeto de su esposo, quien la amó por siempre aun después de su muerte.


Estando yo recién casada, escuché decir a mi madre estas palabras acerca de la recién fallecida Grace Kelly.  “La prensa dice que nunca se pudo hablar nada malo de esta princesa que fue un gran ejemplo para su familia y su pueblo”.


Su romántica historia, muy divulgada por las revistas, me inspiró para asumir con igual entereza las responsabilidades de mi hogar, que era mi pequeño reino, a estar siempre al lado de mi esposo, que era mi rey, y a formar con mucho amor y disciplina a mis hijos – a mis príncipes – para prepararlos también para su vida real.

 

MODA

Denim con blanco, un clásico casual
Por Eva Maria de Trujillo

Todos apreciamos la mezclilla de algodón puro por ser un material agradabilísimo, fresco cuando hace calor, abrigador cuando hace frío. Teñido de azul índigo, hace siglos se usaba sólo como ropa de trabajo, hasta que en los años sesenta/setenta se puso de moda el bluyín y se popularizó. Hoy es una prenda casual clásica, ideal para ir a la universidad, para viajar, para un día de campo o simplemente para salir de compras.
Tanto en índigo oscuro, como en azul medio o pálido da un aspecto juvenil, sencillo y sobrio, siempre que el color sea uniforme, sólido, o sea, sin desteñidos, sin manchas, sin huecos, sin deshilachados, aunque digan por ahí que está de moda la ropa rota y deteriorada al estilo “grunge” o “shabby look”.
Combina con todo, con negro, amarillo, rosado, rojo… pero pienso que para la mujer tiene un encanto especial la combinación de una prenda en denim índigo con otra de hilo blanco puro, complementados por unos pocos accesorios de excelente calidad, como, por ejemplo, una fina correa de cuero y un bolso color miel, un collar o una pashmina, etc.


La variante femenina perfecta puede ser, por ejemplo, una falda lápiz en  denim, largo a la rodilla, con una camisa impecablemente blanca y un collar color rojo cereza; o tal vez una falda larga en denim índigo oscuro, abotonada adelante, con una blusita blanca y una pashmina estampada en colores vivos.
Gratamente casual se ve la camisa clásica en denim, muy suave, muy suelta, de manga larga remangada, sobre camiseta blanca y unos yines de buen ajuste (pero no demasiado apretado, pues lo exagerado quita elegancia). 
Muy atractiva también la combinación de unos pantalones vaqueros oscuros, algo tesos, con top amarillo y, encima, un bonito blazer blanco.
Para el clima cálido faltaría mencionar el encanto juvenil de la chaqueta cazadora en tela denim, sobre un vaporoso vestido en ojalillo blanco.
Para clima frío, los vaqueros o la falda yin, con buzo tejido blanco, una chaqueta de cuero color miel, un gran bolso y unas bonitas botas cortas.

En fin, para el “chic” del denim, como en todo, vale el criterio de la sobriedad, la calidad y el buen gusto: Menos es más.