DOCTRINA Y VIDA

JULIO y LAS VACACIONES
por Concepción Campá

¿Qué nos trae y ofrece el mes de julio? Vacaciones. ¿Y qué son para mí y mi familia?
Un “millenium” acomete los viajes de inmediato, mochila al hombro y sale a conocer mundo, con sensaciones y amistades nuevas.
Una familia, en cambio, que por lo general tiene un determinado presupuesto, busca ofertas, compara, hace números y decide – ojalá poniéndose de acuerdo en reunión familiar – si les alcanza para alquilar algo en el Valle en un puente, o si el paseo puede llevarlos tal vez más lejos, en carro, en avión, en barco.
¿Qué sentido tienen las vacaciones escolares? Que tanto profesores como alumnos precisan de un cambio, pues acaban fatigados y agobiados. Además, los centros educativos tienen que seguir trabajando en su organización interna, haciendo planeaciones, reparaciones locativas y ahora muchos también hacen cursos recreativos.
Parte de las vacaciones en familia consistirá en un plan de descanso, como p.ej. nadar, hacer deportes, jugar con los hijos, caminar, salir al campo y, en lo posible, limitar el tiempo de internet, recordando que descansar no significa no hacer nada, sino cambiar de actividad. 
En parte puede hacerse un plan cultural, conociendo lugares de interés y museos, aún sin salir de la propia ciudad, ir a conciertos, ver cine selecto, etc. 
En parte será un plan útil, dedicando tiempo a actividades beneficiosas que no nos dejen perder los hábitos de concentración y esfuerzo, como lo son buenas lecturas, tocar instrumentos musicales, pintar, hacer manualidades, aprender a cocinar, etc. 
En gran parte servirá para reforzar lazos familiares y crear buenos recuerdos; compartir en familia las comidas; pasar tiempo con amigos o vecinos, y dedicar algo de tiempo a visitar a un familiar que esté solo. Esa sí es una gran obra de misericordia.

Y como Dios no se toma vacaciones, también en julio se asistirá en familia a la santa Misa para dar gracias. El precepto dominical puede cumplirse desde la misa del sábado de las 12 y todo el día domingo. Un consejo:  es mejor adelantarla que dejarla para última hora del domingo, cuando los ánimos ya están cansados, los niños aburridos o han fallado las previsiones de tiempo.
¡Felices vacaciones para todos!

DE TODO UN POCO

DE LAS  VIRTUDES 
por María Beatriz Toro de Luna

Hay virtudes que en algún momento de la civilización parecen olvidadas, o devaluadas,  y al contrario, otras tienen su época de apogeo. Por ejemplo, hoy día la ‘resilencia’ tiene mucho prestigio y se dan cursos para aprender a vivirla;  en cambio, la ‘pureza’, aparece como pasada de moda, vivida si acaso por las personas de vida consagrada, pero que nada tiene que ver con los laicos ‘millenials’ del siglo XXI.
Pero - con prestigio o sin prestigio - las virtudes adornan la persona como las piedras preciosas del broche de un collar de gran valor.  Y ellas han sido estimadas, deseadas y apreciadas desde la época de los grandes filósofos anteriores a Cristo hasta nuestros días.  La persona vale más por lo que es, que por lo que hace o tiene, y el ser se engalana con virtudes.

Por paradójico que parezca, la virtud de la pureza está renovando su prestigio entre los jóvenes desde finales del siglo pasado. Varios personajes del medio de los espectáculos y la farándula que, por la oración de una madre, o las reflexiones de una profesora inteligente y coherente, o en definitiva, por un golpe de la gracia de Dios,  han dejado su vida disoluta y han asumido vivir en castidad, para entregarse definitivamente a Dios o para guardarse en espera de ese ser amado con quien compartirán el resto de su vida.

El caso de Eduardo Verástegui es muy conocido a nivel general, no solo por sus atributos físicos, sino también por su testimonio de conversión y por las películas que ha producido.
En Colombia es también muy conocida la conversión de Amada Rosa Pérez, hoy casada y madre de un bebé.  
Hay un músico que me llama la atención porque su estilo de música no está dentro de mis parámetros estéticos; se trata de Álvaro Vega, actualmente seminarista y evangelizador con el hip hop.  El dice que se siente avergonzado de las letras tan obscenas de la música que interpretaba, pero como ese estilo de música es el suyo y llega a muchos jóvenes, ahora hace su apostolado rapeando.

Y como ellos hay muchos más a nuestro alrededor, personas que guardan la mirada, el pensamiento y el corazón puros. La pureza no es la principal virtud, pero sí es la virtud del amor verdadero; es la virtud que nos enseña a vivir nuestro amor humano castamente por amor a Dios.

FAMILIA

NO SE NACE SABIENDO SER MADRE O PADRE
por Marta Cecilia Vergara A.

Durante el mes pasado, el Prelado del Opus Dei ha hablado sobre la familia en sus escritos y en sus visitas, realzando sus valores y llamando la atención sobre la gran ayuda que podemos darnos unos a otros en la formación como esposos y padres.

Dice: “Más que en otras épocas, se nota hoy, a todos los niveles, la urgencia de asistir a las familias con mayores dificultades. No se nace sabiendo ser padre o madre, marido o mujer: conviene formarse y ayudar a formarse a otros esposos y padres. ¡Familias que ayudan a otras familias! Con la experiencia que da la vida familiar, (…) sin “dar lecciones”, con naturalidad, ¡cuánto se puede hacer para preparar bien a los matrimonios y seguir a los recién casados, o a quienes pasan por un mal momento!  Además, a veces la familia en dificultad podría ser la de alguno de vosotros; será entonces el momento de abrir el corazón y de dejaros ayudar, con la misma sencillez con que habéis apoyado a otros.” (ver carta del 4 de junio 2017)

Asimismo habló a un grupo de personas que se encargan de la formación de jóvenes sobre "la necesidad de ayudar a los novios y también a los matrimonios a aprender a querer por encima del sentimiento, ya que muchas crisis matrimoniales vienen precisamente de no saber querer". 
Y recalcó:  "Es una tarea importante porque si se deshace la familia, se deshace la sociedad."
Cita además unas palabras del Papa Francisco de la encíclica Amoris Laetitia: 
"Aprender a amar a alguien no es algo que se improvisa (...)  En realidad, cada persona se prepara para el matrimonio desde su nacimiento."


SALUD Y BIOÉTICA

CUANDO ESTOY ENFERMO
por Sonia  A. Muñoz F. MD

La temida enfermedad ha llegado, ya sea en forma leve, aguda o crónica. Nunca estamos preparados para afrontarla; ¡ella irrumpe en nuestra vida y la trastorna!
Entonces, ¿qué hacer?
Consultar al médico a tiempo, creerle y seguir sus instrucciones. O en su defecto, solicitar otras opiniones o interconsultas médicas.
Afrontar la enfermedad con paciencia y llenarnos de tranquilidad. A más estrés y ansiedad, ¡más complicaciones!
Conocer la resiliencia, virtud que nos habla de sacar lo positivo del momento adverso.
¡Descansar!, actividad necesaria y a la que nunca le sacamos tiempo, porque no tenemos tiempo.
Aprovechar, cuando ya tenemos un poco más de fuerzas, para leer, hacer oración, reflexionar, poner las ideas en orden, hacer llamadas, coser, llenar crucigramas o sudokus, cantar, etc.
Dedicarle tiempo a la familia y sacar el máximo provecho de sus visitas o llamadas,
Sonreír y estar de buen ánimo, aunque nos cueste,
No hacer oficios domésticos. Recordemos que nos han recomendado reposo y un esfuerzo físico, nos acabará enfermando más a largo plazo,
Estar de buen genio, ayudará a una mejor recuperación,
Es bueno enterarnos que el mundo sigue su curso. No somos tan necesarias e indispensables como creíamos. Aquí las preguntas importantes que debemos hacernos son: ¿sé delegar?, ¿confío en los demás?, ¿los he preparado para que vivan sin mí y sean autosuficientes en la casa y en el trabajo?
Las quejas son otro motivo de reflexión. Debemos procurar ser fuertes y valientes, no agobiar a los demás con tantas quejas; pero tampoco está bien aguantar un dolor que se puede calmar, u ocultar un síntoma doloroso que, de ser descubierto, puede aclarar el diagnóstico y nos permite conocer la realidad de nuestra enfermedad.
No preguntarnos, ¿por qué a mí? A veces ni los médicos sabemos la causa en forma clara y absoluta. Más bien preguntarnos: ¿para qué me sirve este tiempo de reposo y qué estoy aprendiendo con mi enfermedad?
De los momentos difíciles siempre podemos aprender y sacar cosas buenas. Así que, ¡ánimo y pronta recuperación!

ETIQUETA

EL PROCESADOR PARA LA PIZZA 
por  Lily Mosquera de Jensen

Uno de los electrodomésticos que aún no está en la mayoría de nuestras cocinas es el procesador. Para mí se ha convertido en un implemento indispensable, rápido y eficiente. Todo lo que se pica o se mezcla en el procesador reemplaza al rallo, la batidora, la licuadora y la moledora. 
Es importante conocer algunas técnicas:
- Para picar ingredientes pequeños como ajo o ají jalapeño, primero pélelo; con la máquina andando, échelo por el tubo para que lo pique fino. Para combinarlos con hierbas frescas, eche las hierbas en el recipiente , por el tubo, mientras está andando. Si va a hacer una vinagreta, eche primero los aliños o las hierbas y finalmente eche aceite y vinagre.  Solo requiere unos segundos.
- Para rallar queso duro como Parmesano o Romano, déjelo primero a temperatura ambiente y quite la caracha de afuera. Córtelo en pedazos que quepan por el tubo y échelo al procesador. Use la cuchilla de rallar. Si lo quiere rallado fino, use la cuchilla de acero, corte el queso en cubos más pequeños, échelo por el tubo y prenda intermitentemente el procesador, aproximadamente 8 veces, hasta que esté como desea.
- Para mezclar y amasar masa de pizza, eche la harina, aceite y sal en el recipiente del procesador. Con la máquina andando, eche la levadura disuelta en agua y mezcle hasta que se limpien los lados del recipiente. Si todavía se pega al recipiente, añada más harina por el tubo, una cucharada cada vez, hasta que forme bola y despegue. Si por el contrario, la masa está muy seca, eche agua por cucharaditas, una por una. Procese hasta que esté suave y elástica, aproximadamente 40 segundos.

PIZZA CON TOMATE Y HIERBAS (en el procesador)
Aceite de Hierbas:
10 hojas de albahaca fresca
6 hojas de salvia
¼ taza de hojas de orégano
2 dientes de ajo
2/3   taza de aceite de oliva
½     cucharadita de sal
RELLENO:
2 cebollas
2 onzas (60 gramos) de queso Parmesano
½     lb. de queso mozzarella
1 lb. de tomates maduros, pelados, sin pepa, picados
REDONDELES DE MASA DE PIZZA:
1 cucharada de levadura
1 cucharada de azúcar
¾      taza de agua tibia
2 1/3  (o más) de harina de trigo
1 ½   cucharada de aceite de oliva
¾      cucharadita de sal
         Páprika
1/3    taza de albahaca fresca picada

PARA EL ACEITE DE HIERBAS: ponga las hierbas en el recipiente del procesador, Con la máquina prendida, eche los dientes de ajo por el tubo. Añada el aceite y la sal y mezcle.
PARA EL RELLENO: Con la cuchilla de tajar, corte las cebollas. Con el disco de rallar, ralle el queso Parmesano, haciendo presión suave y el mozzarella, haciendo presión dura. Aparte mezcle los tomates con 11/2 cucharadas de aceite de hierbas. 
PARA LA MASA: Eche la levadura y el azúcar en el agua tibia y revuelva para disolverlas. Deje reposar 5 minutos, hasta que le salga espuma. En el recipiente del procesador, mezcle la harina, aceite y sal. Con la máquina andando eche por el tubo la levadura disuelta y bata hasta que despegue del recipiente, aproximadamente 15 segundos. Verifique si le falta más harina o más agua, según la consistencia. Ponga la masa en un recipiente y tápelo con plástico. Déjelo reposar 1 hora en un lugar cálido, hasta que doble su tamaño. Divida en 4 porciones. Aplane cada una en una superficie enharinada, con un rodillo y forme un redondel. Colóquelas en una lata engrasada. Meta  los redondeles de masa, solos, en el horno precalentado a 400° F, hasta que comiencen a dorar en los bordes. Sáquelos y unte cada uno con 1 cucharada de aceite de hierbas, luego cebollas, mozzarella, tomates y parmesano. Rocíe con páprika. Métalas al horno hasta que los quesos derritan y doren los bordes de la masa.

MODA

VAMOS DE COMPRAS
por Eva María de Trujillo


Actualmente, la mayoría de la gente busca su ropa en la vasta oferta de los grandes almacenes, muchas personas la escogen en las pequeñas boutiques, y otras la compran sin salir de casa, mirando catálogos por internet y haciendo pedidos virtuales.
Sea cual fuere la forma de hacer compras, se recomienda hacerlas con la cabeza, con planeación y autodominio, para evitar arrepentirnos después de lo que escogimos sin pensar, a la carrera, por un impulso, en determinado estado anímico, o bajo la presión de una vendedora demasiado hábil.
Jamás veamos el “shopping” como una válvula de escape contra el aburrimiento o como compensación de frustraciones personales, ni tratemos de levantarnos el ánimo comprando compulsivamente toda cosa novedosa o rebajada, con tal de llenar ese vacío interior.

Primero que todo, analicemos nuestro vestuario, depuremos nuestro closet, descartando las prendas que ya no sirven, y establezcamos nuestras verdaderas necesidades de ropa y accesorios, según nuestro actual estilo de vida. 
Pensemos qué elementos nos hacen falta para complementar las prendas que ya tenemos. Establezcamos qué elementos básicos nos hacen falta para estar bien vestidas. Hagamos una lista de las prendas que necesitamos, anotando el color y estilo en que las buscamos.
Esa “shopping list” es la que vamos a llevar siempre que salgamos de compras. Si disponemos además de una cartilla de los colores que más nos favorecen, nos será muy útil. Con estas herramientas vamos con tarea definida, sin correr el riesgo de gastar lo presupuestado en cosas que no estamos necesitando.
Obviamente vamos a informarnos sobre las nuevas tendencias de la moda, obviamente compararemos precios, incorporaremos algunas innovaciones a nuestro vestuario, pero básicamente vamos con criterio estético claro y muy seguras de lo que va con nuestro estilo personal.
Más vale ir alertadas contra las tentaciones, pues nuestra sociedad de consumo está diseñada para crearnos a diario nuevas necesidades aparentes y vaciarnos la tarjeta de crédito. Si no tenemos bien definido lo que queremos, pues, sin darnos cuenta se nos va llenando el closet de artículos superfluos, inapropiados, inútiles, que nos recuerdan nuestras malas decisiones.  
Recordemos el dicho: "Lo barato sale caro". Realmente es mejor tener poco de lo bueno que mucho de lo malo. La clave está en buscar prendas de calidad, buen diseño, corte, material y acabado. Por ejemplo, una prenda tan vestidora como una buena chaqueta, no necesariamente tiene que ser extremadamente costosa; las hay excelentes, sabiendo escoger y aprovechar ofertas especiales.