SALUD Y BIOÉTICA

LA CULTURA DE LA VIDA
por Sonia  A. Muñoz F. MD

Juan Pablo II nos hablaba de hacer parte de la cultura de la vida, frente a la cultura de la muerte que se viene imponiendo desde el siglo XX.
¿Qué es cultura de la muerte? 
Se refiere a los cuatro pilares del mundo moderno, como son el relativismo, materialismo, hedonismo y permisivismo, que nos han llevado a considerar la vida de las personas como desechables y a utilizarlas como un medio para diferentes fines. Para hacer más claridad pongo un ejemplo, la fertilización in vitro, que obedece “al deseo de tener un hijo” por parte de una pareja y lleva a “producir, seleccionar y desechar varios embriones, para elegir uno que posiblemente se implantará”. En este caso el hijo deja de ser un don (fin en si mismo) para convertirse en un medio (el deseo de los padres de tenerlo).
 ¿Y qué es la cultura de la vida? 
Es amar la vida y respetar la dignidad del ser humano desde su concepción hasta el momento de la muerte y considerar a la persona humana como un fin en sí mismo.
Este sí a la vida se forma difícilmente en el colegio o en la universidad; pero en cambio podemos dar formación en el hogar. Con ejemplo de coherencia como padres y aprovechando los momentos para el diálogo sobre temas de actualidad, para los cuales los hijos solo tienen la información que les dan en los planteles educativos y sobre todo escuchan las opiniones de sus pares.
Lo importante es dar criterio y formar en la verdad en temas en torno a la vida, dejando que ellos piensen, analicen y saquen sus propias conclusiones.

Los temas que trata la cultura de la vida se refieren, por ejemplo, al aborto o la eutanasia. Diciendo la verdad - aborto es quitar la vida de un ser no nacido - o - eutanasia es quitarle la vida a un ser humano con el argumento de la compasión -; pero enfatizando más bien, en lo maravilloso que fue traer al mundo a cada uno de nuestros hijos; en el valor de cada ser humano, aunque esté enfermo, tenga un defecto congénito o genético, esté en edad de adulto mayor o tenga una enfermedad crónica o terminal.
La cultura de la vida le da un sentido a la vida y nos llena de esperanzas. Nos mueve a la compasión verdadera que se traduce en amor, acompañamiento efectivo, cuidados, paciencia y delicadeza en el trato con los demás.
La cultura de la vida nos enseña a ser optimistas y realistas a la vez. A ver el vaso medio lleno, pero sabiendo que hay que aprovisionarnos de amor para volverlo a llenar.

DE TODO UN POCO

HÁBITOS DE VIDA SALUDABLES 
por María Beatriz Toro de Luna

No soy médico, ni pretendo dar una cátedra al respecto, solo mencionaré unos pequeños hábitos de vida (entre muchos) que mejoraran nuestra salud física y espiritual.

1. Al despertar estirar el alma: ofrecer nuestro día a Dios, los planes y proyectos, lo esperado y aquello también inesperado que puede ser muy bueno o contradictorio.
2. También estirar el cuerpo: unos pocos estiramientos de brazos y piernas nos ayudan a mejorar nuestro estado físico
3. Alimentación sana de acuerdo a nuestra edad y salud.
4. Alimentar el alma con la oración y sacramentos.
5. Ejercicio diario de acuerdo a nuestro estado físico.
6. Pensar en los demás: familia, amigos, colegas,  vecinos, personas que nos sirven y finalmente en todos  esos seres marginados de la sociedad. Hacerles la vida más agradable
7. Ser agradecidos con Dios y las personas;  todo lo recibimos gratis de Dios y son muchas personas que desinteresadamente nos ayudan.
8.  Leer, para formarnos, instruirnos y divertirnos.
9.  Reir y sonreir ante las ocurrencias de los demás y ante nuestras tonterías
10. Procurar cada día hacer un balance de nuestras realizaciones u omisiones.
11. Enterarnos de lo que transcurre en el mundo y en nuestro país (ponderando estos hechos con nuestra razón)
12. Tratar de aprender algo nuevo: un idioma, nuevas recetas de cocina, coser, tejer, pintar…
13. Descansar cuando lo necesitemos (el descanso no consiste en no hacer nada, sino en cambiar de ocupación).
14. Mejorar y alegrar nuestro entorno físico con flores o  plantas que iluminen nuestro hogar.
15. Salir de todo aquello que no necesitemos; alguien más sí lo puede necesitar.
16. No confiarlo todo a la memoria del celular, usar planeador y agenda tradicional.
17. Jugar: parqués, dominó, ajedrez, cartas; hacer sudokus, crucigramas, sopas de letras.
Esto no es una camisa de fuerza y cada uno elige lo que más le guste o convenga y añade lo que le puede servir.

ETIQUETA

¿ES ELITISTA LA ETIQUETA?
por  Lily Mosquera de Jensen

En un artículo reciente del New York Times Magazin, con el título “A Manners Manifesto”, su autora Tamar Alder  expone sus conceptos muy actuales sobre este tema. De allí extracto los siguientes: 

Por más de 4000 años los seres humanos han tenido en cuenta los modales en lo que se refiere a las relaciones interpersonales. Posiblemente todos recordamos alguna ocasión, en la mesa del comedor, en que nos reprendieron por mal comportamiento, como regar la comida en la mesa o hablar con la boca llena. 
Añade la autora, quien presume de haber leído todos los libros de etiqueta, que todas estas reglas han sido escritas, desde siempre, para la alta sociedad, por ejemplo, cómo usar los cubiertos de pescado, las pinzas para comer caracoles, la taza para consomé, el uso de los pequeños trastes para lavarse los dedos en la mesa, todos estos elementos parecen hechos para excluir a la gente ordinaria, citando a Charles William Dayi (1834), en su libro “Hints on Etiquette, y sus usos en la sociedad que aparece como una barrera que se construye como protección para poder discriminar.” 
Continúa Tamar Alder observando que algunos estándares cambian, como las passwords tan pronto como dejan de ser secretas: la manera de tomar los cubiertos, a la europea o a la americana, las manos en la mesa o debajo, los espárragos con los dedos o con el tenedor. Afirma que algún populista descubrió, en estas pautas de etiqueta, un manera de segregación y que solo era necesario saber que no es correcto subir las piernas en la mesa de la cocina.
Sin embargo, a lo largo de la historia encontramos reglas útiles para la convivencia, en el primer libro de modales, un papiro egipcio Ptahhotep, del año 2350 A.C. 
También encontramos que Erasmo dijo, no chuparse los dedos, sino usar la servilleta. También, ceder el puesto a una persona mayor.

En nuestro mundo actual, la manera de discernir entre la etiqueta adecuada y la cursilería es saber distinguir qué modales nos hacen buenos en vez de solo parecerlo.  
El objetivo de los buenos modales no es ser un estorbo sino un buen conjunto de instrumentos para que nuestros instintos naturales incorporen amabilidad y consideración en nuestro comportamiento, sin excluir ninguna clase social, porque al actuar con amabilidad y respeto hacia los demás, hace que nuestro mundo sea un lugar más ameno para vivir.
Como ejemplo gracioso termina diciendo que si la espesa sopa china, no la puede comer sin sorber, es mejor cambiar de sopa.


MODA

CULTURA COTIDIANA (1)
Cuidar las cosas
por Eva María de Trujillo

La cultura de un país - pienso - no consiste en absoluto en su capacidad de seguir las últimas modas; tampoco se limita a sus museos ni a los personajes destacados de su historia; pienso que la cultura es ante todo la forma en que viven y saben convivir sus habitantes hoy.  
Las manifestaciones culturales básicas de un pueblo se dan en la vida cotidiana: cómo habitan; con qué dignidad solucionan las necesidades básicas; cómo decoran y mantienen sus casas y objetos, cómo preparan, sirven y comen sus alimentos; cómo visten, cómo reservan su intimidad; cómo se expresan, qué vocabulario usan; cómo se divierten, de qué cosas se ríen; cómo bailan, cómo celebran; cómo se tratan entre sí, cómo trata el hombre a la mujer y viceversa, cómo tratan al anciano, cómo cuidan al desvalido, al débil; cómo conservan y valoran sus tradiciones; como cuidan sus aguas, sus animales y la naturaleza, etc. 

Por ejemplo, una vivienda se puede simplemente usar y basta; o hacerla grata, limpia y digna - por modesta que sea - y convertirla en un hogar. Es cuestión de vencer la pereza, de algo de iniciativa, autoestima y amor. El cuidado y orden de las cosas materiales no tiene que ver tanto con factores económicos sino con la formación en virtudes. También la pobreza puede ser muy digna; no necesariamente tiene que ser sinónimo de abandono. Más que del estándar económico, la cultura cotidiana depende del empeño en cuidar los detalles y darle mantenimiento a las cosas para que duren y sirvan para mucha gente y hasta por generaciones. 
Esta cultura del cuidado se diferencia muchísimo de la actitud del consumista que usa, abusa, luego bota y compra una cosa nueva para pronto volverla a botar.

Generalmente ha sido la mujer la que ha tenido el mérito de elevar el nivel cultural de su hogar, gracias a su diligencia en la  administración de su casa, cuidando y manteniendo en buen estado las cosas materiales, igual que el bienestar de su familia y las relaciones con los demás.

Entonces, ¿dónde se “hace” la cultura cotidiana? 
Pues, tú la haces, en tu casa, en tu trabajo, en tu entorno, cuidando los detalles.
Lo que eres – mamá, abuela, educadora, administradora, directora… - te lleva a esmerarte día a día por darle altura humana a todo. En otras palabras, tú tratas de “hacer las cosas ordinarias extraordinariamente bien“. Tú buscas la excelencia a través de pequeños detalles; y así conviertes las cosas más corrientes en algo especial. 
Poniéndole mucho amor, esto mismo puede ser un camino al cielo. 

BRIGADA DE SALUD


Gracias a los preparativos de las chicas de Catalpa y al esfuerzo de muchas personas -  médicos, veterinarios, estudiantes de carreras médicas, voluntarias y los donantes de ropa, juguetes, implementos de primera necesidad, medicamentos, etc. - ,  el mes pasado se pudo llevar a la población de San Antonio un poco de cariño y alegría, brindando atención médica y veterinaria, charlas sobre higiene dental y juegos para los niños. Este video en Youtube refleja algo del ambiente de la brigada:
https://youtu.be/WzmL1Nxoo_w