CICLO DE CONFERENCIAS


Dos conferencias maravillosas tendremos en Cali en el mes de septiembre: 
La primera, el MARTES 6, en el Auditorio Manuelita del ICESI, con la experta en familia MARIA JOSE OLESTI, quien viene desde España para dictar una conferencia en el Congreso de Familia en Bogotá, y luego en Cali, para hablar de cómo se cultiva el amor hasta la madurez con la ilusión de la primera vez: "¿TODA LA VIDA CONTIGO?"... un tema del que nunca se sabe suficiente.... y además se puede llevar al novio o al esposo... y hay descuento para parejas.

La segunda conferencia, "¡AQUÍ MANDO YO!", el VIERNES 30, también en el Auditorio Manuelita del ICESI, será a cargo de REYES RITE, la experta española en Coaching quien también estará en el Congreso de la Familia en Bogotá, y hablará sobre el poder de la resiliencia y la inteligencia emocional en nuestra vida profesional, social y familiar.
Informes: 320 6196638 y 317 6491655




SALUD Y BIOÉTICA

ENFERMEDAD Y DOLOR
por Sonia  A. Muñoz F. MD

Por experiencia propia, ya no como médico, sino como paciente; el proceso de la enfermedad y el dolor son bastante difíciles de llevar y soportar.
La analgesia ha avanzado mucho en nuestros tiempos, pero desafortunadamente nuestras instituciones de salud y sus coberturas son precarias, en todos los niveles y solo nos pueden brindar lo que los desangrados presupuestos cubren.
Aquí van algunos tips para vivir mejor ese proceso que puede ser lento, doloroso, y a veces muy largo:

No se auto-medique, no escuche a las vecinas y parientes, ni acepte los medicamentos que le donan, porque tiene el riesgo de empeorar.  Mejor consulte a su médico.
¡Acepte que hay momentos en que el dolor le puede producir angustia, tristeza, llanto, desasosiego o ansiedad, y en vez de enojarse con todo el mundo, respire y dígale a sus familiares que le den unos minutos o unas horas a solas, mientras se calma!
Cuando la enfermedad lo permita, aproveche y lea, vea televisión, conteste sus mensajes, publique en facebook, reciba llamadas telefónicas. Todo lo que no puede hacer normalmente, porque el tiempo no le alcanza.
Duerma y descanse. No les diga a todos que le mandaron reposo y siempre está haciendo algo, que, a la final, la va a poner peor.
Coma en forma balanceada o desbalanceada, pero coma. Haga un esfuerzo y hasta coma sin ganas. Por algo el dicho “enfermo que come, no se muere”.
Si no quiere que le hablen, expréselo con claridad. ¡Está en todo su derecho!, pero no se ponga de mal humor, pues los demás solo quieren ayudarle y no son adivinos.
¡Tómese los medicamentos tal y como se los mandan! Si no entiende la receta, llame al médico para que le traduzca y recomiéndele que aprenda a escribir en forma legible.
No se deje cambiar la marca de los medicamentos en las droguerías.
Y por último, no se olvide de ofrecer su dolor a Dios en forma de oración, y dígale a todos los que la quieren, que recen por usted. ¡Ya verá que, en vez de morirse, se va a sanar más rápido!

FAMILIA

SABER QUIÉNES SOMOS
por Marta Cecilia Vergara A.

Vivir en familia es tener la oportunidad de ser parte de algo, de formar parte de un mundo único, los hijos crecen en medio de lo que sus padres les dan, que es su propia vida, sus conocimientos, sus aprendizajes, y salen luego, en su momento, a construir también su mundo.

Lo que se aprende en casa no se pierde. Así los hijos hayan tomado caminos diferentes a los que quisieran los padres, lo importante es quiénes son, y eso lo han aprendido en casa.

Ahora los ataques a la familia son muchos; todo se justifica con el relativismo, con teorías falsas, con términos nuevos que confunden y en muchas partes se apoyan situaciones que, en lugar de dar vida, producen inmenso dolor.

Nuestros hijos tienen muchas fuentes de aprendizaje a su alcance; que nosotros los padres sigamos siendo una de esas fuentes; que sigamos siendo su raíz con la que ellos más se identifican. ¡No los dejemos solos!

Ver quiénes somos, cuál fue nuestro primer hogar, donde aprendimos lo más valioso de nosotros mismos, ver a nuestros hijos como se han ido formando, cómo podemos reconocernos de alguna manera en ellos y cómo reconocemos en cada uno ese ser único que va haciendo su camino, nos ayudará a defender el valor de la familia.

Defender la familia es un derecho de todos. 

ETIQUETA

ATRÉVASE A SER DIFERENTE
por  Lily Mosquera de Jensen

En el mundo actual, los hermosos banquetes, mesas decoradas con manteles almidonados, cenas formales y otras tradiciones, son cada vez más escasas. Son pocas las ocasiones que tenemos de asistir a eventos realmente formales, y la vida agitada de hoy ha transformado profundamente las reuniones elegantes. 
Pero la virtual desaparición de la formalidad ha abierto espacios interesantes para la creatividad, y las invitaciones de ahora pueden ser más innovadoras y menos rígidas en sus reglas. Organizar un almuerzo o cena en su casa es más sencillo de lo que parece.

No tema invitar a su casa si su vajilla no es suficiente para que todos los puestos sean iguales. Una variedad de platos intercalados de dos vajillas diferentes, y diversos tipos de cubiertos amarrados con una cinta y metidos dentro de una canasta, dan un toque personal a un almuerzo buffet.
Los manteles blancos y formales se pueden reemplazar por individuales de colores vivos y servilletas de papel decoradas con flores. No hace falta poner un arreglo floral en el centro de la mesa, se puede colocar un recipiente con limones o granadillas, ó decorar cada puesto con una pequeña vela, un florero con un clavel, o unas ramas del jardín en un pequeño recipiente.
La nueva moda de decoración de la mesa enfatiza la creatividad y el estilo del anfitrión. Si tiene habilidad manual, escriba en unas pequeñas tarjetas el menú, pégueles pétalos de flores, y colóquelos entre los puestos.
No hace falta servir la mesa con bandejas de plata. Los hermosos recipientes de cerámica o madera, elaborados por artesanos locales, le dan un toque fresco e innovador a un mostrador.
Las mesas tradicionales se caracterizan por su sobriedad y el predominio del blanco y la plata. Este tipo de invitación nunca pasará de moda, pero para ocasiones más informales, impera el uso del color, los contrastes atrevidos, los materiales rústicos, las flores y frutas tropicales. A veces es divertido romper con las tradiciones y dejar que se refleje en las invitaciones la personalidad de los dueños de casa.

MODA

NADA LE LUCE
por Eva María de Trujillo


A veces, por ejemplo en un café-restaurante, se ven jovencitas, de unos dieciocho años quizá, o más, con unos lindos ojos, cutis sano, larga cabellera, dentadura perfecta, uñas cuidadas, perfumadas y vestidas con prendas de marca, y sin embargo, su aspecto puede resultar decepcionante.
¿Por qué?
Bien porque se encuentra sentada encima de su pierna encogida sobre el asiento, o ha puesto un pie encima del otro muslo (como se sientan los vaqueros), o se ha quitado los zapatos debajo de la mesa, o está jugando permanentemente con su melena suelta, o sobándose la nariz con la palma de la mano, o está comiendo con los codos encima de la mesa y manejando burdamente los cubiertos, o está lamiendo la cuchara del helado y sorbiendo ruidosamente su jugo, o porque está tratando despectivamente al mesero, o porque se ríe a carcajadas y habla a los gritos por su teléfono móvil último modelo.
Evidentemente, aquí hay una mala relación costo-beneficio, porque a pesar de todo ese “capital” que posee (juventud, belleza, ropa, accesorios, oportunidades), nada le luce porque falta algo importante: y es elegancia. Esta no se puede comprar; elegancia es más que bonito cuerpo, vestido, zapatos, cartera y celular; elegancia tiene que ver con porte, autodominio, buenos modales y delicadeza.

Esa “infraestructura”, necesaria para una presentación agradable, suele ser el resultado de buenas costumbres adquiridas desde niña, a través del buen ejemplo que dio la mamá en la vida diaria, y también a través de muchísimas correcciones recibidas y ojalá obedecidas durante los años rebeldes de la adolescencia. Aunque a esa edad las niñas las perciben como molestas, esas pequeñas amonestaciones, a la larga, van calando, moldeando, puliendo, facilitando la buena compostura y el adecuado comportamiento del adulto. 

Mamás, para bien de sus hijas, no dejen de corregirlas, aunque les dijeran que esas cosas ya no se usan, que son del milenio pasado. Pasarán años, pero se lo agradecerán.