DOCTRINA Y VIDA

La fiesta del Amor
Por Concepción Campá

Acabamos de celebrar la fiesta del Sagrado Corazón, de profundas raíces en la historia de Colombia .Y quiero compartir con cada lector la homilía del Papa Francisco en esta fiesta de gran belleza. 
Este viernes, fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, el Papa Francisco en la homilía de su misa diaria en la Domus Santa Marta, indicó que Dios necesita que el hombre se haga pequeño para poder comunicarle su amor.

Porque Dios no espera pero da, no habla sino actúa”.
El Santo Padre habla del “corazón de Jesús, celebrado en la liturgia.
Dios – dijo- “nos da la gracia, la alegría de celebrar en el corazón de su Hijo las grandes obras de su amor. Se puede decir que hoy es la fiesta del amor de Dios en Jesucristo, del amor de Dios por nosotros”.
Hay dos aspectos del amor. Primero, el amor está más en dar que en recibir. El segundo, el amor está más en las obras que en las palabras. Cuando decimos que está más en el dar que en el recibir, es porque el amor se comunica, siempre comunica. Y es recibido por el amado. Y cuando decimos que está más en las obras que en las palabras, es porque el amor siempre da la vida, hace crecer.” (…) “Esta es la ternura del Señor, en su amor, El nos comunica esto, y nos da la fuerza de su ternura. Pero si nos sentimos fuertes, nunca tendremos la experiencia de la caricia del Señor, las caricias tan bellas del Señor… tan bellas.”

A todos nos gusta recibir las caricias del Señor. Seamos humildes y nos las dará. Y con esto se siente felicidad, pase lo que pase, se sufra, se gane o se pierda.
 

ETIQUETA

El arte de estar contento 
por  Lily Mosquera de Jensen

Algunas personas parecen tener ángel. Se les nota en su rostro, en su mirada, en su manera de hablar, en sus actitudes, en su interés por los demás. Siempre es agradable estar con ellos porque se percibe una fuerza que emana alegría y entusiasmo. Con frecuencia tienen también sentido de humor.
Parece que aprovechan la vida para vivirla a plenitud, sin desperdiciarla. Le encuentran el lado bueno a las dificultades y no tienen la costumbre de renegar. No demuestran displicencia ni aburrimiento y le sacan gusto a todo lo que hacen. Me pregunto si ellos habrán descubierto, en el universo, una fuerza dentro del ser humano para iluminar la vida, parecida a la que descubrió Edison en la fuerza de la energía para inventar el bombillo. Ellos descubrieron el arte de estar contentos.

El concepto de felicidad es profundo y complejo. Los filósofos, religiosos, sicólogos despliegan sus teorías sobre cómo alcanzarla y coinciden en que es necesaria una verdadera paz interior o un acercamiento a Dios.
El arte de estar contento es un concepto más sencillo, elemental aunque sutil, y a veces difícil. Es una actitud positiva ante lo que tenemos enfrente. Afortunadamente, como todo hábito, se puede adquirir con la práctica y a eso debemos trabajarle, no importa la edad.
Hay viejos malencarados y gruñones, que siempre están renegando, en cambio otros trasmiten alegría y ganas de vivir. Hay jóvenes que frecuentemente están malhumorados, no se complacen con nada y en sus casas demuestran a toda hora, su mal genio y mal modo. Otros, por el contrario, son expresivos y cariñosos con sus padres y les gusta compartir en familia, con buena actitud. Ni los viejos gruñones, ni los jóvenes malhumorados, ni los niños egoístas están contentos y los demás alrededor sufren las consecuencias.
El arte de estar contento nos trae una buena ganancia, tanto para nosotros mismos como para las personas que nos rodean.

SALUD Y BIOÉTICA

La castidad está de moda
por Sonia  A. Muñoz F. MD

Las personas, somos seres privilegiados, dotados de razón -para comprender y analizar la realidad circundante-  y de voluntad libre –para tomar decisiones responsables con base en lo ya conocido-.
La diferencia entre los instintos de los animales y la impulsividad sexual humana radica básicamente en nuestra libertad. Somos libres para sentir y tomar decisiones responsables, acerca de si consentimos o no un determinado impulso.
Pues en la castidad, se trata precisamente de formar nuestro carácter en positivo, con libertad, para tener el control de nosotros mismos en cuanto a nuestras propias acciones, siendo responsables de las consecuencias por aquellas decisiones tomadas.
Como virtud, la castidad regula el uso de la sexualidad de acuerdo a nuestro estado. En la niñez, juventud y soltería, la castidad llama a la abstinencia sexual, y en el matrimonio lleva a la exclusividad de la intimidad, con el cónyuge.

¡Vivir la castidad cuesta! No nos digamos mentiras, no es fácil; requiere de una lucha permanente consigo mismo. Pero también es verdad y es realidad que ¡ES POSIBLE!
Vale la pena… vivirla es NORMAL…es SANO… nos hace LIBRES… Muchos jóvenes solteros(as) y matrimonios de todas las edades lo corroboran y esta vivencia se refleja en el amor y la alegría que irradian con el testimonio de sus vidas.


Algunas claves para vivir en la castidad:
• Entrenarse en saber decir que no, aunque se pueda decir que sí. Así sabremos decir que no, cuando tengamos que decir que no. Por ejemplo, comer dos cucharadas menos de aquel plato que tanto me gusta o salir de rumba una sola noche y no dos, el fin de semana.
• Decidirse a luchar y vencernos a nosotros mismos en plazos muy cortos, para poder evaluarnos. Por ejemplo, me levanto 10 minutos antes esta semana, para llegar más temprano al trabajo.
• Huir de las ocasiones en que se atente contra la castidad. Por ejemplo, no asistir a esa fiesta en la finca con mis pares porque habrá licor y no habrá supervisión; no ver programas con contenido pornográfico; evitar leer o ver películas que contengan escenas eróticas; no quedarnos solos en la casa con esa persona que nos gusta demasiado; etc.
• Dominio de nosotros mismos en las actividades cotidianas. Por ejemplo, cuidar mi peso; comer en forma balanceada y cuidando el horario; hacer ejercicio semanal; cuidar la vista; no exponer demasiado mi cuerpo con prendas que alteren el pensamiento de los demás; tomar  licor con moderación o no tomarlo; etc.
• Y definitivamente tenemos que pedirle a Dios que nos asista en ese noble propósito; pues solo con Su ayuda comprobaremos que vivir la castidad en el estado que nos corresponda es el camino a la salud, a la paz y a la alegría interior, porque ¡YO VALGO LA PENA!


FAMILIA

Enséñales a amar a Dios
por  Elizabeth Aguilar
 
Hace poco asistí a una conferencia de un famoso medico hindú. Habló de cinco miedos causantes del sufrimiento humano. Me llamaron la atención los siguientes: No conocer la verdadera naturaleza (un ser superior); aferrarse a lo transitorio y el miedo a la muerte. Por otra parte, dijo que la forma más rápida para ser feliz es hacer que otros sean felices con aprecio. Que debemos cultivar el amor, la comprensión, la alegría y la paz.

Días después asistí a un taller sobre Neurolingüística, cuyo tema era cómo sanar nuestra vida con el “ho´oponopono”, práctica hawaiana que consiste en sanar diferentes aspectos de nuestra vida, pronunciando varias veces para cada dificultad las palabras: “perdón”, “te amo”, “lo siento”, “gracias”.


Después de analizar estas dos actividades de mucha concurrencia, llegué a una conclusión:  No hace falta pasar la vida buscando una solución a nuestros problemas, llenos de ansiedad y estrés que nos enferman, cuando la solución ha estado siempre tan cerca: está dentro de cada uno, y se llama Dios.


Jesús, desde hace más de dos mil años nos lo había dicho,  y quedó por escrito. Que lo más importante es amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo.
Nos enseñó a servir a los demás (está demostrado que el servir ayuda a aliviar la depresión);  nos enseñó a pedir perdón, a perdonar, a agradecer, a sembrar paz, a comprender, a no juzgar, a dar con generosidad, a ser fieles, a abrigar la esperanza de que llegaremos a la dicha del cielo, y a no acumular tantos objetos materiales en este mundo donde se los come la polilla.


Si desde pequeños educamos a nuestros hijos en la fe, si les enseñamos a hablar con su padre Dios, si les enseñamos la doctrina de Jesucristo y si nos ven practicarla coherentemente,  tendremos en un futuro adultos sanos, felices en todos los aspectos de su vida, gracias a que desde niños aprendieron a amar.


 

MODA

El bolso, compañero de vida
Por Eva Maria de Trujillo

Ya aparece en pinturas rupestres de hace miles de años y hoy sigue siendo objeto consentido de los grandes diseñadores: el bolso femenino.
Los hay en gran variedad, formas y materiales; los adoramos y siempre nos fascina tener uno nuevo, mejor. Porque las mujeres siempre estamos cargando mil cosas: desde las llaves de la casa, la billetera, documentos, facturas por pagar, lista de mercado, celular con cargador, llaves del carro, pañuelo, toallitas, pintalabios y maquillaje, bloqueador, cepillo, peine, bamba o caimán, estuche de gafas, perfume, desinfectante de manos, el rosario, bolígrafo y libreta de apuntes, sombrilla, botella de agua, la tablet,  hasta un par de medias de repuesto, aspirinas, curitas,  y pañitos húmedos para limpiar boquitas de niños…
Para las salidas a eventos especiales de noche, necesariamente nos tenemos que contentar con lo que quepa en un bonito bolso en forma de sobre o “clutch”, pero para el trajín del día necesitamos espacio abundante y muy bien organizado para guardar todo, porque todo es vital.
Cambiamos de bolso porque otro nos combina mejor con el atuendo del día, pero corremos siempre el riesgo de que alguno de nuestros tesoros se quede dentro de sus compartimentos. Por años traté de organizar mis objetos dentro de estuches y neceseres para cambiar de cartera con más rapidez.

Pero para mí ha sido una verdadera bendición el invento del “organizador de bolsos” que es como un bolso dentro del bolso, hecho en un material lavable y dotado de numerosos compartimentos muy bien distribuidos. Ahora cambio de cartera con un solo movimiento y ya no se me queda nada. Todo lo necesario está guardado en ese que se volvió mi compañero de vida.