ETIQUETA

Coctel de Grado 
por  Lily Mosquera de Jensen

En la época de grados de colegios, se presenta con frecuencia la inquietud de cómo celebrar esta ocasión especial para nuestros hijos. Por lo tanto doy algunas sugerencias para atender en casa con simplicidad y bonitos detalles. Generalmente, los colegios tienen sus celebraciones en la noche, entre compañeros. Pero es apropiado preparar un bonito coctel a las siete de la noche, para que la familia y amigos allegados festejen al graduado o graduada. Luego, los jóvenes podrán salir a la fiesta, después de haber disfrutado en familia de un agradable rato.
Para este evento, ofrezca un menú diferente. ¿Por qué no una mesa de sándwiches abiertos, al estilo europeo? Un sándwich no es siempre sinónimo de informalidad.  Se pueden hacer deliciosas variaciones que resultan en una mesa artística y única.
Prepare bebidas especiales: un daiquirí de fresa (ron, hielo, limón, azúcar y fresas, todo licuado, adornado con fresas frescas y hojas de menta, y sírvalo en unas bonitas copas, con hielo picado, para empezar.
Algunas variedades de sándwiches abiertos: En pedazos de baguette (pan francés partido por la mitad), salsa bearnesa, roast beef arrugado, con un copete de la misma salsa bearnesa, adornado con dos hojitas de estragón. En una galleta salada o tostada de pan, untada de crema agria, con una tajadita de salmón, decorado con una rodaja fina de limón, alcaparras pequeñas y una ramita de eneldo. En  pan integral tajado, corte cada rebanada con un molde o una copa, para que quede redonda, úntela de mantequilla y mostaza, ponga una rebanada de tomate delgada y tocineta partida en cuadritos pequeños, decorado con albahaca picada. 
Es bueno tener presente que estos sándwiches no se pueden preparar con mucha anticipación. Algunas tajadas de pan se pueden untar de mantequilla y ponerles encima una hoja de lechuga para que el pan no se entrape con los demás ingredientes. Además de los sándwiches ya preparados, se pueden servir algunos dips con legumbres frescas, quesos y frutas.
No olvide ofrecer algo de dulce. Prepare una receta de brownies tradicional y córtelos en cuadritos pequeños, tamaño “petits fours”; galletas de vainilla o avena hechas en casa, y éclairs o repollas con azúcar en polvo y cocoa.
Con un menú como este, se deleitarán los jóvenes y los mayores y logrará un especial y bonito recuerdo del grado.

A continuación incluyo unas recetas de algunos acompañamientos:
Tapenade
Se puede servir para untar sobre tostadas, pan árabe o galletas. 
1 taza de aceitunas sin pepa
1 diente de ajo (opcional)
1 latica de anchoas escurridas
2 cucharadas de aceite de oliva
3 cucharadas de piñones tostados
   pimienta al gusto
Mezcle todo en el procesador hasta que forme una pasta. Si está muy espesa, añada más aceite de oliva.


Dips para servir con legumbres o tostaditas
Los dips pueden ser tan variados como uno los quiera, mezclando los ingredientes a su gusto, en un procesador hasta que tengan consistencia de salsa. La sal, pimienta o diferentes aliños les pueden añadir sabores más picantes.

- Mayonesa, albahaca fresca y jugo de limón
- Queso crema, tomates secos, sal y pimienta
- Mayonesa, corazones de alcachofa, sal y pimienta
- Queso crema, tomates secos, aceite de oliva, pique.
- Queso crema, pimentones rojos asados, ajo, sal.

FAMILIA

Trabajar en tu familia
por  Elizabeth Aguilar
 
En la lll Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de Obispos que se acaba de efectuar en compañía del Santo Padre Francisco, se trató el tema de las familias en todos los continentes y los graves problemas que se están presentando. Como el texto del mensaje final es más largo, los invito a que lo lean en internet. Pero por ahora me remito al siguiente párrafo:

“Ante todo está el desafío de la fidelidad en el amor conyugal. La vida familiar suele estar marcada por el debilitamiento de la fe y de los valores, el individualismo, el empobrecimiento de las relaciones, el stress de una ansiedad que descuida la reflexión serena. Se asiste así a no pocas crisis matrimoniales, que se afrontan de un modo superficial y sin la valentía de la paciencia, del dialogo sincero, del perdón reciproco, de la reconciliación y también del sacrificio. Los fracasos dan origen a nuevas relaciones, creando situaciones familiares complejas”.

He tenido la oportunidad de escuchar a varios adultos mayores ya jubilados, lamentarse por no haber sido buenos padres y esposos, por dedicarle más tiempo a sus trabajos, viajes, estudios y vida social. Muchos han perdido a sus familias y sus hijos tomaron malos caminos. “Si les hubiera dedicado más tiempo…. dicen al final.


El trabajo es importante para el sustento de la familia y ojalá en el mundo todos los padres pudieran tener un empleo digno para dicho fin. Pero el tiempo y el amor que podamos destinar a nuestra familia lo son más. Que la esposa y el esposo sientan que son importantes para su pareja por el amor y la dedicación que reciben de él o ella, al igual que los hijos, los cuales necesitan calidad de tiempo por parte de sus padres, acompañado de comprensión y aceptación, lo cual les forma una buena autoestima de la cual carecen muchos jóvenes y adultos hoy en día.


Los padres deben transmitir valores especialmente con el ejemplo, siendo fieles a su pareja y principalmente a Dios, quien debe estar presente en cada familia.
 
 

HOGAR-EMPRESA

Hacer rendir el tiempo
por María Constanza Tafur Mayor

El tiempo es oro y, cuando empezamos a aprovecharlo, damos valor a nuestra vida amando cada minuto de ella.
Para asegurarnos de dar al tiempo el mayor valor posible, debemos aprender a distribuirlo cuidadosamente y así tener orden en las cosas que hay que afrontar cada día.

Para ello, tomemos el siguiente esquema  propuesto por Stephen Covey; profesor y escritor motivacional estadounidense, especialista en liderazgo y autor del libro "Los siete hábitos de las personas altamente efectivas":
1. Realicemos un inventario en detalle de las tareas que realizamos diariamente durante al menos una semana.

2. Clasifiquemos cada tarea de acuerdo a su importancia y urgencia así:
  • Tarea urgente pero no importante: Son aquellas que requieren nuestra atención inmediata, son más entretenidas y nos desorganizan y en ocasiones se pueden delegar, como atender el timbre del teléfono o la puerta.
  • Tarea urgente e importante: Reclaman de modo imperioso nuestra atención, nos consumen y agitan, generando estrés.
  • Tarea importante pero no urgente: Estas requieren más iniciativa y esfuerzo y nos permiten cumplir nuestras metas.
  • Tarea ni urgente ni importante
Cuando identifiquemos a qué tareas dedicamos el tiempo y dónde lo desperdiciamos, podemos disciplinarnos para dejar de hacer cosas urgentes pero no importantes y las que no son ni urgentes ni importantes; lo adecuado es dedicar tiempo a las tareas que son importantes y no urgentes, cuanto más tiempo les dediquemos, evitaremos que se conviertan en urgentes y así podremos disponer de más tiempo para la familia, las amistades, y la propia formación.
Planifiquemos la semana el domingo por la noche o el lunes por la mañana, estableciendo objetivos y asignando tiempos razonables para su realización.

SALUD Y BIOÉTICA

Ecos del VII Congreso Internacional de la Familia.
Hogar y Empresa: ¡Sí se puede!
MUJER, TRABAJO, HOGAR: APORTES INSOSLAYABLES

Sandra Idrovo Carlier, INALDE, Ecuador - Colombia

por Sonia  A. Muñoz F. MD

En el mundo actual hay cambios de alto impacto, debidos a la entrada masiva de la mujer al ámbito laboral y al trabajo doméstico-cuidado de los hijos, por parte del hombre.
Como consecuencia para la mujer, los dos ámbitos se vuelven permeables  y no es posible una división absoluta entre trabajo-casa. Llevamos lo profesional a lo doméstico y al contrario; pero nos olvidamos que, “soy lo que soy por mi historia familiar y mi trabajo se ve reflejado por lo que soy”.

El ámbito doméstico es el lugar donde se origina el desarrollo humano, pues se necesita el cubrimiento de necesidades básicas de las personas, a través del cuidado, para insertarnos en el mundo.
En Colombia, las labores domésticas hacen parte, según el DANE, del trabajo que contribuye a la producción de servicios sin ninguna remuneración; ocupa en las mujeres un promedio de 7horas y 23 minutos/día y en los hombres 3 horas 10 minutos/día (ENUT, 2013).
Pero las tareas domésticas son un trabajo reconocido racionalmente por todos en un 100% (Hernáez-Idrovo, 2012); porque aportan a la economía (Eisler, 2007), configuran la identidad (Idrovo-Hernáez, 2013), fomentan el desarrollo humano (Arias, 2007; PNUD 1995), satisfacen el trabajo y el ámbito familiar (Janen et al, 2003; Stevens et al, 2007). 
El nivel de satisfacción individual se construye con la familia dentro del hogar; es importante porque se refleja en un mejor ambiente familiar y mejor desempeño laboral. La mujer, para sentirse satisfecha, necesita que el trabajo doméstico le sea reconocido y agradecido.
Pero el trabajo doméstico es invisible.
A nivel público hace falta que haya un reconocimiento económico; la doble carga laboral afecta a la mujer y está afectando los índices de salud pública (pero no hay datos cuantificados y así es imposible implementar acciones).
 
También hay una escasa valoración social del trabajo doméstico remunerado (personas que trabajan en el oficio del hogar) y un desconocimiento de los procesos (preparación y aprendizaje) y de los tiempos involucrados, para lo cual hace falta aplicar más tecnologías que aporten menos valor agregado.
A nivel privado este trabajo es una necesidad que se torna imprescindible; dependemos de los cuidados del hogar; pero como no es reconocido, lleva a la aversión “no me gusta”, “se me quema hasta el agua”, etc. Y reducimos la realización de la vida humana solo a la dimensión profesional.
 
Sin embargo, se nos olvida que para la ejecución de las actividades al interior del hogar, requerimos y desarrollamos habilidades, tales como la responsabilidad, el trato humano, la comunicación, la paciencia, la iniciativa, la resolución de problemas, la flexibilidad, la creatividad, el trabajo en equipo. Habilidades que- trasladadas al ámbito laboral- son las más apreciadas por los directivos de las empresas; pero… al ejecutivo le pagamos muy bien y el trabajo doméstico lo despreciamos: “yo no hago nada”, “no estudio, ni trabajo, estoy en la casa”.
 
¿Entonces qué pasa con la mujer? El balance trabajo laboral-trabajo  doméstico es difícil, “si nos dedicamos mucho a lo uno, perdemos lo otro”. A diferencia de los hombres,  no significa lo mismo el éxito-crecimiento laboral que la satisfacción laboral; porque ellas se ven obligadas a delegar el cuidado de los hijos  y de la casa.
 
Se hace necesario, entonces, realizar cambios.
A nivel público, desarrollar políticas que garanticen un mínimo de sostenibilidad social que apoye la flexibilidad laboral.
A nivel de las organizaciones empresariales, cambiar a sistemas flexibles y de apoyo que mejoren los niveles de salud, de energía física-psicológica, y la productividad de la mujer.
A nivel individual, es necesario identificar qué nos hace felices y actuar acorde, para disminuir los niveles de frustración e  infelicidad, y reconocer  no solo a nivel racional, sino en la práctica, que el trabajo doméstico es trabajo 100%, que debe ser valorado por la misma mujer, por el grupo familiar y por la sociedad.

MODA

Moda que respeta
Por Eva Maria de Trujillo

Hoy se habla cada vez más de “moda sostenible”, de moda que cuida el planeta y respeta los derechos humanos, pagando  jornales justos a quienes confeccionan la ropa, en contraposición a esa “moda rápida”, que pretende inundar por una temporada al mercado mundial de  baratijas producidas masivamente en países donde se explota la mano de obra barata.
En cambio, se habla de “moda lenta”, que pretende acabar con el consumismo y volver a las prendas duraderas, hechas de materiales naturales que puedan reciclarse.
Se habla de “moda vegana” que respeta a los animales y no los mata por utilizar sus pieles.
Se habla de una “moda verde” que respeta el medio ambiente usando  telas cuya fabricación y coloración con químicos no contamina las aguas; se habla de “moda ecológica”, porque sus fibras son biodegradables y no causan problemas ambientales en su desintegración.

Se habla de una “moda solidaria”, que favorece la producción artesanal del sastre del barrio y la de pequeñas cooperativas regionales, compuestas, por ejemplo, de madres cabeza de familia.
Se habla de “moda justa”, porque su comercio limpio retribuye decorosamente el trabajo humano y evita intermediarios innecesarios.
Se habla de “moda ética” que no saca prendas que recuerden la guerra, ni “prendas ofensivas” que incorporen símbolos que hieren los sentimientos de algunos grupos.


Yo quisiera añadir a esta lista una “moda digna”, una “moda respetuosa”, una moda que respeta a la mujer como persona y no la trata como cosa o mercancía.
Admiro a algunos diseñadores – como por ejemplo el recientemente fallecido dominicano Oscar de la Renta - cuyas creaciones embellecen y enaltecen a la mujer, en contraposición a otros que pretenden despersonalizarla, poniéndole atuendos grotescos, o convirtiéndola en un objeto de consumo, como si fuera un postre. 


La compradora de hoy debe saber discernir. Ella tiene la última palabra a la hora de hacer el gasto. Si insiste en comprar baratijas sin pensar "¿quién hizo mi ropa?" y no le importa para nada todo lo arriba señalado, aún le falta desarrollar su conciencia.