FELIZ NAVIDAD

Que en esta Navidad, y siempre, podamos ser instrumentos de paz, llevando fe, luz y alegría a cada hogar.
A nuestros amigos, colaboradores y benefactores deseamos una muy feliz Navidad y un excelente año 2019.

FAMILIA

LA ALEGRÍA DE REENCONTRARSE
por Marta Cecilia Vergara A.

El tiempo pasa muy rápido y los hijos crecen. Cada etapa de ellos es distinta y nos toma de sorpresa, de ahí la importancia de estar aprendiendo continuamente, de crecer en el amor y aprender de ellos.
La familia es y seguirá siendo el espacio de formación más importante. 
Los hijos pequeños aprenden como esponjas del ejemplo de los padres y ese ejemplo se ve reflejado en la vida de esos hijos cuando crecen, toman su propio camino, forman su propia familia.
Hay momentos especiales en los que la familia se reúne para celebrar fechas, o simplemente para reencontrarse, y es una renovación, es volver a las raíces, porque hay familia, porque hemos crecido juntos y hemos sido moldeados por el amor de unos padres, por su esfuerzo, por su ejemplo, por la convivencia.
Para muchos en nuestro país la época de Navidad es una de esas ocasiones especiales. Con alegría cambiamos la decoración, programamos reuniones, compramos regalos “primero los niños”, y convertimos además la Novena al Niño Dios en motivo para reforzar lazos de amistad.
Que el pesebre en esta Navidad sea un lugar de encuentro de las familias y que sea el Niño Dios el que ilumine esos momentos especiales de unión familiar y de amistad.

SALUD Y BIOÉTICA

HACIA LA MADUREZ AFECTIVA
por Sonia  A. Muñoz F. MD

Se acerca la Navidad y empezamos a pensar en los regalos para nuestros seres queridos y ¡qué mejor regalo que aprender y enseñarles a convertirnos cada vez en mejores seres humanos!
De esto se trata la madurez afectiva, de vivir un desarrollo armónico y progresivo de todas las cualidades humanas, adaptadas a la edad que tengamos. Es aprender a amar, a dar, a darse y formar a los nuestros para que reconozcan, busquen y hagan el bien. Es sacar provecho del pasado, vivir bien el presente y planear con prudencia el futuro.
Cuando no hay madurez afectiva nos volvemos egoístas, celosos, con bajísima tolerancia a la frustración (no sabemos manejar los problemas), vivimos superficialmente (el qué dirán), nos volvemos consumistas (queremos no lo que necesitamos sino lo que está de moda), solo obedecemos al hedonismo (porque quiero, deseo, me provoca y no porque es bueno para mí, porque es mi deber o es lo correcto), nos domina el capricho, no tenemos control de nuestros estados de ánimo, hay sentimientos de inferioridad  o queremos llamar siempre la atención…

¿Cómo me doy cuenta de que estoy caminando hacia la madurez afectiva? Aquí les doy algunas características y la meta es alcanzarlas poco a poco, pero en forma permanente:
Capacidad de entrega a los demás: gratuita, sin egoísmos.
Aceptación de mí mismo y de los demás: con cualidades y defectos
Saber amar: sin miedos, sin dependencias, sin imprudencias
Capacidad de silencio y soledad: sentirse acompañado y aceptado por sí mismo.
Comprensión: que no implica aceptar y tolerarlo todo.
Alegría siempre: en la vida diaria.
Capacidad activa de diálogo: aprender a escuchar, dialogar (no “di-alegar”), respeto, prudencia, sentido del humor, desear el bien del otro.
Flexibilidad en el juicio, diferente a ser apático o rígido, entendiendo la situación y los sentimientos del otro.
Sentido común: con capacidad crítica y serenidad.
Vida espiritual: para dar gracias, pedir perdón y tener la fortaleza de mejorar y perseverar

MODA

CREAR RECUERDOS DE NAVIDAD
por Eva María de Trujillo

Los recuerdos de una infancia feliz están muy vinculados a la Navidad. No hay quien añore con nostalgia esos momentos de dicha, compuestos de melodías, sabores, alegrías y la sensación de ser amado.
Por tanto, lo más valioso que podamos hacer en esta época, es desvivirnos por crear para los niños esos momentos y circunstancias que puedan convertirse en sus vivencias inolvidables y el ancla de su fe. No se necesita mucho: solo amor. 
La riqueza de las costumbres decembrinas nos ayudan a lograr que Jesús nazca en los corazones de los niños: la corona de Navidad con sus 4 velas, la noche de las velitas en honor a la Virgen; la redacción de la carta al Niño Dios pidiendo deseos; la armada del pesebre con sus montañas, pastores, ovejas y figuras; la decoración del árbol; el canto de villancicos; el rezo de la Novena del Niño Dios, la celebración de la Nochebuena con los aguinaldos… y todo aquello envuelto en abrazos y aromas  de buñuelos, natilla, galletas y delicias hechas en casa. 

Influencias extranjeras fueron invadiendo nuestros diciembres con la figura rechoncha de Santa Claus, que es una caricaturización de San Nicolás, gran benefactor de los pobres. Que esa alusión al santo caritativo Nicolás nos sirva para recordar la importancia de hacer obras de caridad en Navidad, pero que jamás opaque la historia del nacimiento de nuestro Salvador en Belén.
Que los brillos de la decoración navideña, los renos y muñecos de nieve - que nada tienen que ver con la verdadera historia de Navidad - no conviertan al Niño Jesús en un “desplazado” de su propia fiesta de cumpleaños. 
Sacando a Jesús de la Navidad, solo quedaría el vacío de la vanidad, la vanidad de los colorines y brillos falsos, la vanidad de la presión comercial de los regalos; quedaría solo la llenura de comilonas y parrandas sin sentido.  
Creamos bellos recuerdos de familia cuyo centro sean Jesús, Maria y José en el pesebre. Recuperemos la esencia de la Navidad que nos están robando las modas.  

GENTE JOVEN

IMPRESIONES DE LA BRIGADA
por Alejandra Mondragón

Una vez más emprendimos esta mañana de domingo la aventura de una nueva Brigada de Salud en una veredita olvidada de personas necesitadas. He vivido una y otra vez esta maravillosa experiencia, y precisamente hoy, después de ver el bien que se puede hacer, pensaba también en la gran evolución que ha generado en mí.
Con el paso del tiempo hemos aprendido mis amigas y yo que esto es una obra de Dios. 
Soy fisioterapeuta y desde los inicios de mi carrera me invitaron a una brigada de salud que se organizaba en el Centro Cultural Catalpa; desde entonces me apunto frecuentemente a este plan de servir con alegría y sin más interés que el de buscar el bienestar del otro a través de mi saber profesional. He aprendido sobre la optimización de los recursos como estilo común. Y tengo que confesarlo: las brigadas me han cambiado: el corazón se ha hecho más grande. Se me ha dilatado sintiendo corazones necesitados de atención y viendo rostros sonrientes y agradecidos, en ocasiones con lágrimas en los ojos.


Me he dado cuenta de que cada brigada es ocasión de crecer en confianza y fe, porque cuando estamos en las llamada "fase pre-brigada" tocamos muchas puertas pidiendo donaciones para llevar a la gente; después nos enrutamos buscando y confirmando voluntarios; escogemos una zona donde realmente pueda ser bien aprovechada la brigada y confiamos en la premisa, que para mí parece ley: "Cada cosa que llega ya tiene un dueño en la brigada, una persona que lo necesita, y nosotros solo somos un instrumento para llevársela, como si fuéramos las manos de Dios".

DE TODO UN POCO

LA ALEGRÍA DE VERLO
por María Beatriz Toro de Luna

Se cumplen sueños... El miércoles, gracias a Dios, pude asistir a la audiencia papal. 
Es indescriptible la emoción que se siente estando entre gente proveniente de todo el mundo y poder ver y escuchar directamente al Vicario de Cristo en la tierra. 

Al mirar los esfuerzos que hacemos tantas personas de toda edad y condición para poder verlo de cerca, pensé que ahí estábamos muchísimos ‘zaqueos’ que queríamos ver al representante de Jesús en la tierra  (recuerda que así se llamaba ese recaudador de impuestos que por ser de baja estatura se subió al sicomoro para ver a Jesús). ¡Y cuántos hemos escuchado también a Jesús que nos dice, como a Zaqueo: “Baja, que hoy quiero hospedarme en tu casa”!

Jesús, a diario, desea hospedarse en nuestra casa, tu casa y mi casa, tu corazón y el mío. ¿Y quizás algunas veces hemos hecho caso omiso de tan honroso ofrecimiento, por falta de tiempo, por el trabajo, por el clima, por alguna excusa o, en definitiva, por nuestras propias falencias personales?

Terminada la audiencia, a muchas de las personas que estábamos subidas en los asientos para ver al Papa (porque todos los que allí estábamos, éramos otros ‘zaqueos’)  las volví a ver más tarde en la misa de 5, y eso me dio mucha alegría.
Emociona ver el cariño de los fieles por el Santo Padre, ya que él merece todo nuestro respeto, nuestro amor y especialmente nuestro apoyo con nuestra oración. Lo mejor que podemos ofrecerle como muestra de amor es la asistencia al santo sacrificio de la misa y la digna y piadosa recepción de la comunión.

De las palabras del Papa en esta catequesis me quedé con tres ideas: 
hacernos como niños, para actuar y amar con esa libertad que tiene un niño que se sabe amado por su padre;
ser agradecidos con Dios, que nos dio su amor primero, sin pedirnos nada a cambio.
poner solo en Él nuestra confianza, sin buscar seguridades terrenales que nos esclavizan.