DE TODO UN POCO

UN LIBRO Y UNA FLOR
por María Beatriz Toro de Luna

El 23 de abril, fiesta de San Jorge, es también día del idioma, de los libros y de las bibliotecas. 
Esta fecha tiene gran significado en lo personal porque la celebré desde mis días en la universidad y siempre me hace pensar en una verdadera pasión por la lectura,  que nos lleva a tener 5 libros a la mano para uso diario:  
1. Un libro que nos ayude a hacer oración 
2. La Sagrada Escritura, concretamente el Nuevo Testamento, que nos ayudará a conocer, tratar e imitar a Jesús. 
3. Un libro de estudio para formarnos más acerca de nuestra profesión, nuestra vida familiar o nuestra vida de fe
4. Un documento pontificio, porque si somos católicos, no podemos ignorar las enseñanzas del Magisterio.
5. Y una buena obra literaria para nuestro entretenimiento,  goce y descanso: ya sea una buena novela, una obra de teatro, una biografía, unas poesías…

Lo que leamos debe ser con criterio, porque la buena lectura forma y, si no lo hace, deforma. Es recomendable consultar a alguien de fiar, no al vendedor ni a la lista de bestsellers. Hay una página web que tiene reseñas de más de 70.000 títulos: www.delibris.org  con una sencilla y buena reseña de libros y allí también encontramos películas. 
El 23 de abril, día de San Jorge, los catalanes acostumbran regalar un libro y una rosa. ¡Qué buena idea sorprender a un ser querido con un buen libro y una flor!

SALUD Y BIOÉTICA

¡PENSAR ANTES DE HABLAR!
por Sonia  A. Muñoz F. MD

Desde que estábamos pequeños nos enseñaron que debíamos pensar antes de hablar; pero no siempre nuestros padres o profesores lo cumplían, y ahora que somos adultos, vemos que hacerlo es más difícil de lo pensado.

Reflexionar acerca de lo que vamos a decir, involucra varias virtudes: la prudencia, que es la virtud de la inteligencia cuando tenemos que decidir algo –“¿lo que voy a decir es interesante, adecuado y oportuno?” –; la justicia que es la voz de lo que debo hacer bien - ¿debo decirlo? ¿le va a hacer bien a quien me escucha? –; la fortaleza que es el ánimo para afrontar o resistir las dificultades – “me salen letreros si no lo digo, pero me controlo” o “me muero del susto de decirlo, pero es lo que se debe hacer” –, y la templanza que es la capacidad de poner orden en nuestros deseos – “casi lo digo, pero no lo hice”.

También, pensar antes de hablar requiere sinceridad: – “lo que voy a decir, ¿sí es objetivamente  la verdad?” – y conocimiento de nosotros mismos: – “¿soy impulsiva?, ¿soy muy callada?”, “¿soy prudente o miedosa para enfrentar el problema?” 

En las mujeres es frecuente que, aunque tengamos la razón en lo que decimos, los demás se quejen de que frente al mensaje:
- no era el momento oportuno para decirlo, 
- el tono estaba demasiado subido y hablaba más del enojo que sentíamos, 
- se perdió el tema porque había mucha retahíla,
- fuimos hirientes o sarcásticas, 
- lo acompañamos de eventos agresivos y ofendimos al interlocutor.

En conclusión, siempre tendrá ventajas el pensar antes de hablar. 
Indica que vivimos en unidad con nosotros mismos, requiere de ejercicio paciente y constante, nos enseña a reflexionar sobre nuestro carácter, nos volvemos mejores escuchas, permitimos a los demás que hablen y dejamos de meternos en líos, haciendo más felices a los demás y siendo más felices nosotros mismos por nuestra coherencia de vida.

FAMILIA

LOS DETALLES
por Marta Cecilia Vergara A.

Son tantas las cosas que nos interesan en la vida que a veces pasamos por encima de muchos aspectos importantes de la vida familiar, como cuando un hijo pequeño nos quiere hablar y no le ponemos atención porque "estamos muy ocupadas".

Apliquemos a la familia el siguiente escrito de Regino Navarro Ribera, tomado de su libro “Trabajar bien, Vivir mejor”:

"El cuidado de los detalles es detenerse en las cosas pequeñas, poniendo toda la atención y delicadeza en ello, de tal manera que todo el conjunto quede impecable. Es dar importancia a lo pequeño, terminar las cosas bien, poniendo las últimas piedras en todo lo que se hace. Implica no descuidar las cosas pequeñas o simples de un trabajo, por poner toda la atención a lo grande o a lo que es muy visible.
El cuidado de los detalles es el examen concienzudo y minucioso que se hace a un trabajo para que el producto final sea el mejor. Es tener cuidado con lo pequeño, aunque pensemos que no tiene importancia. Las grandes obras no son más que un conjunto de cosas pequeñas."

En la familia, esas cosas pequeñas lo son todo: detalles de cariño, de respeto, dar importancia al otro, escuchar, valorar sus capacidades, atender sus necesidades, acompañar, cuidar la casa, renovar los espacios, creatividad en las comidas, un elogio, una sonrisa, un abrazo, un beso, una flor…
La propia familia es una empresa y es la más importante de todas. De nosotras depende y, en gran medida, de nuestro amor por cuidar los pequeños detalles.

DE TODO UN POCO

PARA LAS ABUELAS
por María Beatriz Toro de Luna

Toda la vida esos seres encantadores llamados abuelas han sido de gran importancia en la vida familiar y han tenido un papel maravilloso en la transmisión de la fe, las tradiciones, costumbres, las historias y los conocimientos.
Hoy ese papel de las abuelas es aun de mayor importancia, ya que la necesidad del trabajo profesional aleja a la madre de la atención permanente a sus hijos. Entonces ahí entra a suplir la figura adorable de la abuela o a veces incluso la bisabuela; ella los recibe a su regreso del colegio, si no es ella quien los recoge, los acompaña en trabajos y tareas y está siempre atenta y presente. Pero no es esa la razón por la cual es importante la abuela, eso es solo una utilidad práctica.

La abuela en el trato con los nietos transmite su sabiduría, su fe, sus costumbres la memoria familiar; y no lo hace hablando o dictando cátedra, sino que resulta de su  manera de vivir, de conversar, de hacer las cosas, de orientar (sin presionar). Una abuela elegante en el vestir y en su trato, eso es lo que trasmite; una abuela lectora infunde su pasión por la lectura; una abuela piadosa (no pía) contagia esa piedad secular; la abuela hacendosa y siempre contenta logra que sus nietos sean diligentes...
Podemos ayudar a los nietos con el ejemplo y la alegría de una vida cristiana,  con la práctica de las virtudes humanas, sociales y cristianas, escuchándolos cuando lo necesitan, y a ratos callando porque a veces el silencio es más elocuente; y por supuesto jugando, saliendo de excursión, comentando lecturas, todo esto dependiendo de la edad, la salud y del estilo de cada una.

Entre los bellos recuerdos de infancia, adolescencia y juventud de las lectoras, seguramente no faltan los de la casa o la finca de los abuelos, con esas figuras tan acogedoras que enseñaban con cariño, sin castigar y que eran un refugio cuando se quería escapar de la reprimenda de los padres. 

ETIQUETA

LAS PREGUNTAS DE LOS JÓVENES
por  Lily Mosquera de Jensen

Pregunta./ (Niño de 11 años) ¿Por qué no puedo comer el pollo con la mano? Con cuchillo y tenedor, no puedo.
Respuesta./ Si estás en tu casa, puedes coger tu presa con la mano, con una servilleta de papel. Pero es bueno que vayas aprendiendo a comerlo con tenedor y cuchillo. Así, cuando te inviten a otra casa ya no tendrás problema.

P./ (Niña de 9 años) En mi casa no hay piano, pero cuando llego a casa de mi amiga, siempre me provoca tocarlo. ¿Tengo que pedir permiso?
R./ Si, debes pedir permiso para tocar el piano. Si no está la mamá o el papá, pregúntale a tu amiguita. Y lávate las manos primero.

P./ (Niña de 12 años) Cuando murió la abuelita de mi amiga, yo no sabía qué decirle a la mamá. No quería ni siquiera saludarla.
R./ Sé muy bien que, a veces, es difícil llegarle a una persona que está sufriendo por la pérdida de un ser querido. Sin embargo es necesario hacer el esfuerzo y no pasar como si no te importara. Seguramente has tenido la ocasión de ir a esa casa muchas veces y no sería propio no manifestar ningún sentimiento. Sencillamente, arrima donde la mamá de tu amiga, la abrazas y le dices, "lo siento mucho".

P./ (Muchacho de 13 años) Cuando estamos reunidos en grupo, en la casa de mi amigo, trabajando en un proyecto y llega el papá, no sé si suspender y pararme a saludarlo. ¿Todos deberíamos hacerlo?
R./ Lo indicado es pararse a saludar a cualquier persona mayor que llegue. Pero si el papá entra de prisa y saluda a todos, en general, mientras pasa, seguramente no quiere interrumpir y basta contestar el saludo desde su puesto.

P./ (Niña de 15 años) A veces nos invitan a la finca de mi amiga, a pasar el fin de semana, a las tres que siempre andamos juntas. Una de ellas siempre le lleva una torta a la mamá. Ni mi otra amiga ni yo, llevamos nada. ¿Qué es lo correcto?
R./ Cuando se está invitado a una casa durante el fin de semana, lo propio es llevar algo de regalo. Seguramente la mamá de tu amiga, prepara ella misma la torta, que debe ser deliciosa. Tu puedes llevar galletas, chocolates o unas frutas.

P./ (Muchacho de 15 años) Cuando estamos con unos amigos en la casa, algunos se quitan los zapatos, nos sentamos en el suelo y cuando tienen hambre van a la cocina y buscan qué comer. A mi mamá no le gusta. ¿Eso está bien?
R./ Depende del grado de confianza que se tenga. Habrá casas en las que algunos muchachos se reciben como en familia, porque se han conocido siempre y se sienten bien acogidos. Si a tu mamá no le gusta, debe ser porque llegan a la nevera y se comen el postre preparado para los invitados o son demasiado frescos. Lo indicado sería que el dueño de casa se encargue de ofrecerles.

MODA

¿UNA SOLA MALETA?
por Eva María de Trujillo


Si hoy se asomaran a los aeropuertos las bisabuelas y vieran a sus bisnietas llevando todo en una sola maleta trolley, ellas exclamarían “¿cómo es posible?”, porque los viajes en los años cincuenta y sesenta aún eran con gran equipaje: varias maletas rígidas de distintos tamaños, caja para sombreros y ‘necessaire’, todos del mismo color haciendo juego, y ellas mismas iban elegantísimas, de sastre, tacones, abrigo, guantes y sombrero.
¿Una sola maleta? ¿Cómo me va a caber? A todas nos ha pasado esa tragicomedia de última hora: una mujer desesperada sentada sobre una maleta que no cierra y la mitad de lo que quería llevar regado por fuera. 
Vamos aprendiendo y la experiencia nos enseña: 
PLANEACIÓN y ORDEN: 
- Prever el tiempo suficiente para empacar.
-  Aceptar que no puedo llevar todo.
- Tener una lista fija de elementos que se llevan a cualquier viaje (bolsa de cosméticos, cepillo de dientes, champú y cremas en empaques miniatura, medicamentos, mini-costurero, piyama, ropa interior, un buen libro, etc.).
- Hacer otra lista de las prendas que pensamos ponernos en cada uno de los días del viaje (según programa y clima).
- Completar esa lista con los accesorios (bolso, zapatos, collares, pashminas, etc.).
SIMPLIFICACIÓN:
- Optar por prendas versátiles que puedan combinarse unas con otras. 
- Preferir prendas que sean fáciles de cuidar y no se arruguen.
- Llevar conjuntos en los que nos vemos bien en cualquier sitio y a cualquier hora.
- Llevar prendas neutrales, como p.ej. un vestido negro, un top negro y una falda a media pierna, que con un accesorio distinto puedan servir para una salida de noche.
- Llevar un mínimo de objetos de valor, de manera que estén al alcance de la vista, no se pierdan ni se olviden.
- Aprender técnicas para doblar o enrollar chaquetas y blusas.
- Aprovechar bien el espacio sin forzar la maleta.

En fin, EQUIPAJE MINIMO CON MÁXIMO RENDIMIENTO, o sea, una maleta y lo imprescindible en un maletín de mano (por si se pierde la maleta).
Sobra decir, que quien viaja al exterior llevará en sitio seguro, a la mano, su pasaporte, visa vigente, tarjeta crédito, pase internacional, seguro médico, pasabordos, reservas de hoteles, contactos, etc.
Además, conviene haberse preparado leyendo sobre el país que visita, para tener al menos nociones mínimas sobre su cultura, costumbres y sitios de interés. Mientras más compenetrada esté con la cultura del lugar que visita, más plenamente podrá disfrutar la estadía.