La importancia de la agenda
por María Constanza Tafur Mayor
¿A quién no le ha pasado que olvidó una cita importante, que se retrasó en un pago, o que pasó la vergüenza de pasar por alto un evento familiar?
El remedio es la agenda. Tan pronto lo escribimos, nos resta estrés porque ya no tenemos que estar tratando de no olvidarlo.
Lo primero que debemos hacer, es elegir la agenda adecuada, la que nos facilite su manejo, el suficiente espacio para escribir y que la podamos llevar fácilmente para evitar hacer anotaciones en papeles sueltos que después se extravían y hacen perder tiempo tratando de encontrarlos. Las hay en formato diario, semanal o mensual, en diferentes tamaños; puede ser agenda electrónica o de papel.
Debemos decidir para qué queremos utilizarla. Lo más común son los registros de llamadas telefónicas que tenemos que hacer, fechas o eventos importantes, manejar gastos y pagos pendientes o compras.
La autodisciplina es fundamental. Para que la agenda sea útil, es importante que la forma de manejarla se convierta en un hábito y acostumbrarnos a anotar todos los compromisos o actividades a realizar durante el día, semana o mes, a medida que surgen, señalando con precisión el día y la hora en que se va a realizar. También debemos consultar la agenda con frecuencia, revisando los compromisos del día y de los próximos días.
El uso de la agenda nos permite:
• Organizar nuestro tiempo
• Controlar el cuándo y el cómo de nuestras actividades.
• Llevar un registro de llamadas telefónicas y apuntes al respecto de ellas.
• Recordar una fecha importante, un aniversario, cumpleaños o evento.
• Tener detalles para con los demás, apuntando sus preferencias.
• Manejar los gastos y los pagos pendientes.
¿A quién no le ha pasado que olvidó una cita importante, que se retrasó en un pago, o que pasó la vergüenza de pasar por alto un evento familiar?
El remedio es la agenda. Tan pronto lo escribimos, nos resta estrés porque ya no tenemos que estar tratando de no olvidarlo.
Lo primero que debemos hacer, es elegir la agenda adecuada, la que nos facilite su manejo, el suficiente espacio para escribir y que la podamos llevar fácilmente para evitar hacer anotaciones en papeles sueltos que después se extravían y hacen perder tiempo tratando de encontrarlos. Las hay en formato diario, semanal o mensual, en diferentes tamaños; puede ser agenda electrónica o de papel.
Debemos decidir para qué queremos utilizarla. Lo más común son los registros de llamadas telefónicas que tenemos que hacer, fechas o eventos importantes, manejar gastos y pagos pendientes o compras.
La autodisciplina es fundamental. Para que la agenda sea útil, es importante que la forma de manejarla se convierta en un hábito y acostumbrarnos a anotar todos los compromisos o actividades a realizar durante el día, semana o mes, a medida que surgen, señalando con precisión el día y la hora en que se va a realizar. También debemos consultar la agenda con frecuencia, revisando los compromisos del día y de los próximos días.
El uso de la agenda nos permite:
• Organizar nuestro tiempo
• Controlar el cuándo y el cómo de nuestras actividades.
• Llevar un registro de llamadas telefónicas y apuntes al respecto de ellas.
• Recordar una fecha importante, un aniversario, cumpleaños o evento.
• Tener detalles para con los demás, apuntando sus preferencias.
• Manejar los gastos y los pagos pendientes.
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