por María Beatriz Toro de Luna
No soy médico, ni pretendo dar una cátedra al respecto, solo mencionaré unos pequeños hábitos de vida (entre muchos) que mejoraran nuestra salud física y espiritual.
1. Al despertar estirar el alma: ofrecer nuestro día a Dios, los planes y proyectos, lo esperado y aquello también inesperado que puede ser muy bueno o contradictorio.
2. También estirar el cuerpo: unos pocos estiramientos de brazos y piernas nos ayudan a mejorar nuestro estado físico
3. Alimentación sana de acuerdo a nuestra edad y salud.
4. Alimentar el alma con la oración y sacramentos.
5. Ejercicio diario de acuerdo a nuestro estado físico.
6. Pensar en los demás: familia, amigos, colegas, vecinos, personas que nos sirven y finalmente en todos esos seres marginados de la sociedad. Hacerles la vida más agradable
7. Ser agradecidos con Dios y las personas; todo lo recibimos gratis de Dios y son muchas personas que desinteresadamente nos ayudan.
8. Leer, para formarnos, instruirnos y divertirnos.
9. Reir y sonreir ante las ocurrencias de los demás y ante nuestras tonterías
10. Procurar cada día hacer un balance de nuestras realizaciones u omisiones.
11. Enterarnos de lo que transcurre en el mundo y en nuestro país (ponderando estos hechos con nuestra razón)
12. Tratar de aprender algo nuevo: un idioma, nuevas recetas de cocina, coser, tejer, pintar…
13. Descansar cuando lo necesitemos (el descanso no consiste en no hacer nada, sino en cambiar de ocupación).
14. Mejorar y alegrar nuestro entorno físico con flores o plantas que iluminen nuestro hogar.
15. Salir de todo aquello que no necesitemos; alguien más sí lo puede necesitar.
16. No confiarlo todo a la memoria del celular, usar planeador y agenda tradicional.
17. Jugar: parqués, dominó, ajedrez, cartas; hacer sudokus, crucigramas, sopas de letras.
Esto no es una camisa de fuerza y cada uno elige lo que más le guste o convenga y añade lo que le puede servir.
1. Al despertar estirar el alma: ofrecer nuestro día a Dios, los planes y proyectos, lo esperado y aquello también inesperado que puede ser muy bueno o contradictorio.
2. También estirar el cuerpo: unos pocos estiramientos de brazos y piernas nos ayudan a mejorar nuestro estado físico
3. Alimentación sana de acuerdo a nuestra edad y salud.
4. Alimentar el alma con la oración y sacramentos.
5. Ejercicio diario de acuerdo a nuestro estado físico.
6. Pensar en los demás: familia, amigos, colegas, vecinos, personas que nos sirven y finalmente en todos esos seres marginados de la sociedad. Hacerles la vida más agradable
7. Ser agradecidos con Dios y las personas; todo lo recibimos gratis de Dios y son muchas personas que desinteresadamente nos ayudan.
8. Leer, para formarnos, instruirnos y divertirnos.
9. Reir y sonreir ante las ocurrencias de los demás y ante nuestras tonterías
10. Procurar cada día hacer un balance de nuestras realizaciones u omisiones.
11. Enterarnos de lo que transcurre en el mundo y en nuestro país (ponderando estos hechos con nuestra razón)
12. Tratar de aprender algo nuevo: un idioma, nuevas recetas de cocina, coser, tejer, pintar…
13. Descansar cuando lo necesitemos (el descanso no consiste en no hacer nada, sino en cambiar de ocupación).
14. Mejorar y alegrar nuestro entorno físico con flores o plantas que iluminen nuestro hogar.
15. Salir de todo aquello que no necesitemos; alguien más sí lo puede necesitar.
16. No confiarlo todo a la memoria del celular, usar planeador y agenda tradicional.
17. Jugar: parqués, dominó, ajedrez, cartas; hacer sudokus, crucigramas, sopas de letras.
Esto no es una camisa de fuerza y cada uno elige lo que más le guste o convenga y añade lo que le puede servir.
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