FAMILIA

Lo que realmente es importante
por  Elizabeth Aguilar
 
Ya comienza el segundo mes del año y me pregunto: ¿cómo vamos avanzando hacia las metas que nos trazamos a fin de año?

Aun recuerdo cuando muy joven me proponía metas. La primera era casarme con el gran amor de mi vida y me fue dada esa dicha; luego tener hijos y tuvimos tres preciosos varones; junto con el deseo de tener hijos también tenía el estudiar una carrera, y pude hacer tres. Conocí un camino espiritual que enseñaba a santificarse en los deberes de la vida corriente que me encantó y buscar más a Dios a lo largo de este recorrido. El siempre estaba a mi lado inspirándome, ayudándome, pero yo apenas notaba su presencia. Todo estaba primero: esposo, hijos, estudio, trabajo, compromisos, afanes.

Un día desperté y ya no tenía esposo, pues Dios se lo había llevado; mis hijos mayores habían formado sus propias familias y vivían lejos; el menor se encontraba estudiando en el exterior; se acercaba la Navidad y me hallaba totalmente sola en casa, por primera vez con el nido vacío. Me sentí deprimida, sin deseos siquiera de adornar la casa para mí sola, pensando tontamente que ya mi vida no tenía sentido. Afortunadamente no caí en la trampa de esa mala tristeza, reaccioné pronto y me di cuenta de que yo no estaba sola, sino que Dios estaba conmigo. Eso era lo realmente importante.

Lo he puesto a El como centro de mi vida y he llegado a sentir una paz que sobrepasa todo entendimiento. Disfruto cada momento del día, pongo ilusión en mi trabajo y en lo que toca hacer, vivo agradecida por los logros de mis hijos, comparto más tiempo con el resto de mi familia y mis amistades. Ya no siento soledad, pues estoy a gusto conmigo misma y con Dios, quien está conmigo y me ha dado tanto. Y no perderé la capacidad de asombrarme por todo lo que El hace en mi vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario