SALUD Y BIOETICA

La vacuna contra el papiloma - Actualidad
por Sonia A. Muñoz F. MD

En Colombia, el cáncer de cuello uterino es la primera causa de muertes por cáncer. Para el cáncer de cérvix, el virus de papiloma humano (VPH) es una  condición necesaria, pero  no suficiente. Es decir, todas las mujeres con cáncer de cuello uterino se han infectado con VPH,  pero no todas las mujeres que se han infectado con VPH desarrollan cáncer de cuello uterino.

Se incluyó dentro del Plan Nacional de Vacunación la vacuna tetravalente, de marca Gardasil, cuya aplicación IM consta de 3 dosis que deben aplicarse dentro de los 6 meses siguientes a la primera. Esta vacuna solo promueve las defensas contra  dos tipos de virus de VPH de alto riesgo asociados con cáncer, el 16 y el 18; aunque existen cerca de 12 cepas de alto riesgo.

Existen cerca de 100 tipos de VPH, pero solo el 12-15% están relacionados con pre-malignidad en un 1% de los casos de infección; es decir, que solo una pequeña proporción de mujeres infectadas llegan a desarrollar cáncer de cérvix.

La vacuna contra el VPH, consta de unas partículas parecidas al virus que se unen a un compuesto de aluminio como adyuvante, para promover la producción de anticuerpos en forma masiva. Al parecer, estas sales de aluminio estarían asociadas con los efectos adversos presentados, desde inflamación y dolor local, hasta efectos neurotóxicos del tipo convulsiones  y algunos casos de muerte súbita en niñas previamente sanas antes de recibir alguna de las dosis de la vacuna;  por lo tanto su seguridad no es del 100%.

Su eficacia tampoco es posible comprobarla todavía, pues se tardaría entre 20-40 años  a partir de 2006 (fecha de creación de la vacuna) en saber si disminuye o previene los casos de cáncer de cuello uterino. Actualmente solo se pueden detectar los casos de displasias o cambios anómalos en las células.
La vacunación a los varones solo protege a 1 de cada 100.000 mujeres, en el caso de vacunar al 90% de la población masculina.


También es importante pensar, como padres, en el tipo de educación que estamos dando a nuestros hijos como primeros y principales formadores. ¿Estamos educando para la promiscuidad sexual?

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario