MODA

El bolso, compañero de vida
Por Eva Maria de Trujillo

Ya aparece en pinturas rupestres de hace miles de años y hoy sigue siendo objeto consentido de los grandes diseñadores: el bolso femenino.
Los hay en gran variedad, formas y materiales; los adoramos y siempre nos fascina tener uno nuevo, mejor. Porque las mujeres siempre estamos cargando mil cosas: desde las llaves de la casa, la billetera, documentos, facturas por pagar, lista de mercado, celular con cargador, llaves del carro, pañuelo, toallitas, pintalabios y maquillaje, bloqueador, cepillo, peine, bamba o caimán, estuche de gafas, perfume, desinfectante de manos, el rosario, bolígrafo y libreta de apuntes, sombrilla, botella de agua, la tablet,  hasta un par de medias de repuesto, aspirinas, curitas,  y pañitos húmedos para limpiar boquitas de niños…
Para las salidas a eventos especiales de noche, necesariamente nos tenemos que contentar con lo que quepa en un bonito bolso en forma de sobre o “clutch”, pero para el trajín del día necesitamos espacio abundante y muy bien organizado para guardar todo, porque todo es vital.
Cambiamos de bolso porque otro nos combina mejor con el atuendo del día, pero corremos siempre el riesgo de que alguno de nuestros tesoros se quede dentro de sus compartimentos. Por años traté de organizar mis objetos dentro de estuches y neceseres para cambiar de cartera con más rapidez.

Pero para mí ha sido una verdadera bendición el invento del “organizador de bolsos” que es como un bolso dentro del bolso, hecho en un material lavable y dotado de numerosos compartimentos muy bien distribuidos. Ahora cambio de cartera con un solo movimiento y ya no se me queda nada. Todo lo necesario está guardado en ese que se volvió mi compañero de vida.

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