ETIQUETA

Aceptar los consejos 
por  Lily Mosquera de Jensen

En nuestra vida diaria estamos rodeados de familiares, amigos, compañeros de trabajo y con frecuencia se tiene la actitud renuente respecto a cualquier insinuación o sugerencia que se hagan unos a otros.

En vez de estar abierta a escuchar, la persona se molesta, bien por temor, terquedad, orgullo o simplemente por desconcierto, sin aceptar que aquellas personas más cercanas son las que más nos conocen y se menosprecia así una manera sencilla de aprender a ser mejores.

Muchas veces esos consejos sinceros de la gente más allegada, la que más nos conoce, traen soluciones acertadas, así sea algo tan trivial como cambiar de peinado. No debemos dejarnos llevar por el orgullo o la terquedad. Es fácil darse cuenta quiénes, entre los más cercanos, tienen buen criterio, además de cariño sincero; y también descubrir quién es envidioso. Naturalmente de este no hace falta ningún consejo.

Se necesita un poco de humildad para recibir bien un consejo o sugerencia proveniente de alguien de menor categoría. Muchas veces son los niños quienes nos advierten de un error y nos ayudan a tomar mejores decisiones. No perder de vista esta ocasión. Por mi propia experiencia, un nieto, con su espontaneidad y ternura, me hace reflexionar y hasta cambiar de opinión en algo realmente relevante, con un resultado positivo.

En general, lo importante es no tomar el consejo como una crítica. No menospreciar a la gente que tenemos cerca; por el contrario, valorar sus opiniones. Puede haber alguien que en una ocasión determinada, como lo conoce suficiente, es la persona calificada para darle el consejo preciso.
El sentido común, el afecto y la buena intención deben estar de ambas partes.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario