La Bioingeniería en los alimentos
por Lily Mosquera de Jensen
por Lily Mosquera de Jensen
La bioingeniería es una ciencia que logra modificar genéticamente los alimentos. Actualmente, esta tecnología ha causado una enorme controversia en los países desarrollados, donde se llevan a cabo la mayoría de las investigaciones y experimentos. Desde hace más de cien años, los científicos se han preocupado por optimizar la producción agrícola con el objeto de lograr cosechas más productivas para remediar la hambruna de los países del Tercer Mundo, pero estas técnicas han causado una gran polémica por todas las implicaciones que conllevan.
¿En qué consiste la bioingeniería de los alimentos?
Con el objeto de mejorarle sus condiciones a una planta, los científicos han usado el método la hibridización, mediante el cruce de fertilización de dos plantas relacionadas. De esta forma, el resultado es una planta con las propiedades de sus dos plantas madres. Así seleccionan las características deseadas. Pero hoy día la ciencia ha llegado más allá y ha logrado insertar un solo gene, (o a veces dos o tres genes), de una determinada planta dentro del código genético de otra, para mejorar considerablemente los resultados de una nueva cosecha. Estas modificaciones básicamente buscan aumentar su rendimiento y hacerlas más resistentes a las plagas. Los productos alimenticios que más han sido tratados con estos métodos son maíz, soya y papa, ya que requieren de pocas aplicaciones de herbicidas o pesticidas. También el tomate, aunque requiere un cultivo más largo, lo mismo la papaya, para crearles resistencia a ciertos virus.
En países como Estados Unidos, existen varias entidades del gobierno que regulan toda esta tecnología y muchos de estos alimentos deben tener etiquetas que los distingan para que el consumidor sepa lo que está comprando. También existen otras entidades de consulta y aprobación antes de entrar al mercado. Uno de los problemas con esta nueva tecnología radica en el tema de las alergias. Muchas personas con alergias precisas a ciertos alimentos que ellos pueden evitar, estarían expuestos a padecerlas por consumir otros alimentos que contengan algún gene de otro que sí les produce.
Por fortuna para nosotros los consumidores, estas nuevas tecnologías estarán suficientemente controladas y reguladas para que no causen deterioro en los seres humanos. Mientras tanto tenemos también la opción opuesta, o sea la agricultura orgánica, que ha tomado una gran fuerza en países desarrollados como Dinamarca, donde las regulaciones para la bioingeniería de alimentos es bien estricta y por el contrario, promueven los cultivos y alimentos orgánicos. A tal punto buscan los daneses llevar la industria de alimentos acorde con la naturaleza, que regulan la crianza de animales como pollos o ganado, prohibiendo su confinación en jaulas o espacios pequeños. Por ahora solo nos queda estar a la expectativa de las dos opciones.
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