
por Eva María de Trujillo
Escoger un vestido de baño puede ser todo un drama. La población femenina del país es de unos 25 millones, de los cuales un 40% de mujeres es menor de 20 años y, al parecer, la oferta de confecciones se dirige principalmente a este sector del mercado. Me atrevo a decir que el 60% restante, o sea, unos 15 millones de mujeres (excepción hecha de unas cuantas docenas de supermodelos) sufrimos bastante a la hora de comprar un bañador.
El traje de baño entero es, sin duda, nuestra mejor opción, pues ayuda a disimular los rollitos y mejora ópticamente la figura, siempre que sea la talla adecuada y no esté demasiado escotado, ni arriba, ni abajo.
En cuanto al color, el bañador negro de color sólido es el que más favorece a la mayoría. Siempre se verá elegante, complementado por un gran sombrero, bolso de playa, sandalias y una colorida túnica, un pareo o una camisola vaporosa. El mismo efecto sofisticado se consigue con un traje entero en tonos azules o pardo oscuro.
Para las gorditas, el traje entero negro es la solución. Si quieren rayas, que sean longitudinales o en espiga. Que eviten colores claros, las rayas horizontales y los cinturones. Los diseños con una franja oscura en los costados o una franja vertical en el centro también tienen efecto adelgazante.
Para las flaquitas, en cambio, se recomienda un bañador en color claro. Le lucen los drapeados y volantes y las rayas anchas horizontales.
Para darle volumen al busto, conviene un modelo en corte imperio y copas con un poco de relleno, muy discreto. Los vuelitos y el color claro en la parte superior agregan volumen, al igual que los estampados.
En cambio, para reducir ópticamente el busto, evítese cualquier adorno en la parte superior; opte por un color oscuro y el escote en V. Lo esencial es que el bañador tenga buen soporte por dentro y no sea ni muy escotado, ni apriete por los lados.
Las altas se verán menos altas en estampados grandes o franjas de distintos colores.
Las bajitas crecerán ópticamente en un bañador de color sólido o estampados muy pequeños.
En todo caso, para no tener que arrepentirnos después de la difícil compra, conviene que vayamos acompañadas de una hermana o de una buena amiga muy sincera.
El traje de baño entero es, sin duda, nuestra mejor opción, pues ayuda a disimular los rollitos y mejora ópticamente la figura, siempre que sea la talla adecuada y no esté demasiado escotado, ni arriba, ni abajo.
En cuanto al color, el bañador negro de color sólido es el que más favorece a la mayoría. Siempre se verá elegante, complementado por un gran sombrero, bolso de playa, sandalias y una colorida túnica, un pareo o una camisola vaporosa. El mismo efecto sofisticado se consigue con un traje entero en tonos azules o pardo oscuro.
Para las gorditas, el traje entero negro es la solución. Si quieren rayas, que sean longitudinales o en espiga. Que eviten colores claros, las rayas horizontales y los cinturones. Los diseños con una franja oscura en los costados o una franja vertical en el centro también tienen efecto adelgazante.
Para las flaquitas, en cambio, se recomienda un bañador en color claro. Le lucen los drapeados y volantes y las rayas anchas horizontales.
Para darle volumen al busto, conviene un modelo en corte imperio y copas con un poco de relleno, muy discreto. Los vuelitos y el color claro en la parte superior agregan volumen, al igual que los estampados.
En cambio, para reducir ópticamente el busto, evítese cualquier adorno en la parte superior; opte por un color oscuro y el escote en V. Lo esencial es que el bañador tenga buen soporte por dentro y no sea ni muy escotado, ni apriete por los lados.
Las altas se verán menos altas en estampados grandes o franjas de distintos colores.
Las bajitas crecerán ópticamente en un bañador de color sólido o estampados muy pequeños.
En todo caso, para no tener que arrepentirnos después de la difícil compra, conviene que vayamos acompañadas de una hermana o de una buena amiga muy sincera.
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