SALUD Y BIOÉTICA

EL VALOR DE LA VIDA HUMANA
por Sonia  A. Muñoz F. MD

En la actualidad se acostumbra opinar sobre el tema de la vida humana: ¿Cuándo comienza?, ¿Se es persona desde el inicio, o a partir de un determinado momento?

La vida humana se inicia desde el momento de la fecundación - unión de óvulo y espermatozoide -; a partir de ese instante “surge un nuevo ser humano único, irrepetible y distinto a todos los que han existido, existen o existirán”. En ese momento, el ser humano es PERSONA, con plenitud de dignidad y con un “proceso vital continuo, sin saltos cualitativos, en progresiva realización”. Es decir, no tiene precio, ¡vale todo!
Con la fecundación se forma el nuevo patrimonio genético, y suceden una serie de transformaciones que solo cesan con la muerte del individuo. 

La persona es la misma a partir de la concepción; solo va cambiando de forma y va creciendo, en la medida que se desarrolla. Un niño recién nacido no proviene de un embrión y luego de un feto, sino que el mismo que fue pasando por esas etapas, así como después de nacer, se es infante, adolescente, adulto, adulto mayor y finalmente viene la muerte de la misma persona. 

No es el aspecto el que nos determina, es la condición de ser personas. Por eso tenemos el mismo valor si somos sanos o enfermos, si tenemos una situación de discapacidad o somos superdotados, si estamos en el vientre materno o si ya tenemos mayoría de edad, si estamos dormidos o inconscientes.

No existe la vida humana en general, de manera abstracta. Existen vidas humanas concretas, seres humanos reales e individuales.
Entonces ¿por qué la discusión? 
La respuesta es clara, porque existen intereses tecno-científicos, económicos e ideológicos que pretenden atacar la familia desde su seno.

Terminamos reflexionando, si una gallina pone un huevo, nunca pensamos que va a salir un elefante o una ardilla, ni siquiera un turpial. Sabemos que va a salir un pollito.
Entonces cuando se inicia una nueva vida, producto de la unión del óvulo y el espermatozoide de sus padres, ¿por qué dudamos? ¡Es una vida humana!


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