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LA CONVERSACIÓN Y SU ENCANTO 
por  Lily Mosquera de Jensen

Una buena conversación es como una obra de arte. Se tiene la oportunidad de mostrarse creativo, singular, atractivo y lograr el interés de la otra persona. La clave para disfrutar de una buena conversación es escuchar más y hablar menos. La comunicación requiere prestar atención a la otra persona, hasta que haya terminado, responder apropiadamente y expresar su opinión o comentario; así se crea un buen ambiente.
Es importante que la voz suene agradable, lo mismo que las expresiones faciales y el lenguaje corporal. Su sonrisa, su buen humor y sus ademanes pueden impactar a su interlocutor para lograr un rato ameno. Tener en cuenta también el timbre de la voz, así como la agudeza, la sonrisa y la postura. Con la práctica se puede aprender y mejorar cada vez. Se adquiere más confianza, el nivel se mejora y se logra más comunicación con los compañeros de estudio o trabajo, con los jefes, clientes  y con los amigos. 
La clave para ser un buen conversador es la habilidad de saber escuchar. Se debe prestar atención tanto como hablar. 

Algunas recomendaciones para ser buenos oyentes: 
Manténgase atento y siga la conversación, sin interrumpir con otro tema. 
Guarde el contacto visual, mirando con atención a quien habla. 
Sonría, si es del caso, o demuestre asentimiento al mover su cabeza. 
No interrumpa, pero cuando la otra persona termine, exprese una opinión oportuna y grata.
Si la persona que habla es tímida, se le puede ayudar haciéndole algunas preguntas respecto al tema, que requieran respuestas con alguna pequeña narración. Por ejemplo, “¿qué hace en los tiempos libres, para divertirse?” De esta forma, la conversación puede ser más fluida y grata.
Por otro lado, a muchas personas les encanta hablar de su propia vida y de sus actividades. Las preguntas sinceras y educadas le ayudarán a seguir una agradable charla, que le permitirán conocer a su amigo y contarle a su vez experiencias de su propia vida.

¿Qué se debe evitar en una conversación social? 
Intimidades, debates, chismes, insultos, entrevistas, regaños, alzar la voz, hablar mal de otros...
Tener en cuenta que la conversación es la esencia de la comunicación, y con la práctica aprendemos no solo de qué hablar sino cómo hacerlo. 
Siempre podemos aprender y así nuestra naturalidad y seguridad aumenta y lograremos mejores relaciones en nuestra vida social y laboral.

Tristemente en nuestros días, la pasión por la tecnología impide experimentar lo mejor de la conversación cara a cara. 

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