
Por: Concepción Campa
Señor al meditar tus enseñanzas el horizonte de mi vida se va agrandando. Los campos, las montañas se me quedan pequeños al descubrir la grandeza de tus palabras. De mi corazón salen los sapos y las culebras que se escondían en los rincones: de mi rencor, de mi odio, de mi desprecio, de mi soberbia, de insultar a los que me insultan, de odiar a los que me odian, de no perdonar a los que no vienen a pedirme perdón. Por esto y por mucho más te pido perdón, Jesús. Cambia mi corazón de piedra y dame un corazón de AMOR como el tuyo. Sin Ti no podré nunca vivir el mandamiento NUEVO del amor.
El PERDON necesita varios pasos:
- Cuando decido perdonar.
- Cuando hago oración para que Dios me ayude a perdonar.
- Cuando perdono porque lo entrego en la Santa Misa poniéndolo en la patena y el cáliz.
- Cuando cambia mi actitud hacia quien perdono.
- Cuando me pongo delante de un Crucifijo y le digo a Jesús estas palabras o las que tú quieras: “Señor si Tu me has perdonado, yo también debo perdonar, ayúdame te lo suplico.”
¡Qué buen momento es la Semana Santa para pedir perdón y para perdonar!.
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