¿Y cómo hacer para que el stress no nos gane la batalla diaria?
- Tener un pleno conocimiento de mi realidad y su entorno.
- Centrar la grandeza de la vida en lo que soy y no en lo que tengo, o no tengo.
- Llevar una agenda diaria y hacer una planeación mensual de todas mis actividades.
- Recordar que amar es darnos, escuchar, comprender.
- Descansar y realizar actividades lúdicas.
- Aceptar lo que no podemos cambiar.
- Y cambiar todo lo que sea posible, esté a nuestro alcance y que nos genere tensión.
En la medida que yo cambio, ¡el mundo cambia! Pero resulta que son las mismas circunstancias, se trata de las mismas personas que me rodean. Entonces ¿Qué pasa? Que soy yo quien está cambiando y veo el mundo desde una óptica mejor, más optimista, más real. Es como ver una fotografía en blanco y negro y luego con color. Es lograr esa diferencia, conservar la calma y volver a disfrutar nuestro ser.
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