MODA

"Lo envolvió en pañales"
por  Eva Maria de Trujillo

Como esta columna trata lo relacionado con el vestir, sugiero que centremos la atención en un detalle que el evangelista Lucas refiere con sencillez al narrar los sucesos de aquella primera Nochebuena en Belén:  “…lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre….”
Pienso que esos pañales simbolizan el estado de total indefensión del ser humano recién nacido, cuya existencia, desde su concepción, está ligada a su madre y cuya supervivencia depende de la alimentación y los cuidados de ésta, siendo que en muchos casos - como en el de María - ella misma no pasa de ser una adolescente inexperta asombrada ante el milagro de la vida.
A ella le confía Dios su frágil vida al llegar al mundo. La había escogido y preparado para su misión, y María coopera libremente con un decidido “Sí” que permite que en la historia de la humanidad se dé un vuelco.
Guardadas las proporciones, esto vale para nosotras, pues del “Sí” de una mujer ante las decisiones grandes y pequeñas dependen familias y generaciones futuras. De su “Sí” depende el bienestar físico, afectivo y espiritual, en fin, la felicidad  de muchísimas personas.
Dios le confía de un modo especial al ser humano, y en eso consiste la dignidad de la mujer, explicaba el Papa Juan Pablo II.
Dios le confía a ese pequeño en pañales, pero también al anciano, al débil, al enfermo, al diferente, al necesitado. Le confía a la familia y algo tan decisivo como formar la conciencia de los pequeños y moldear los sentimientos de los no tan pequeños.
Todos necesitan su ternura, que no es virtud de débiles, sino una virtud  “revolucionaria” de  “fuertes, que no necesitan maltratar a otros para sentirse importantes”, como comenta el Papa Francisco en estos días.
Comenzaremos el nuevo año celebrando a María, Madre de Dios, la mujer cuyo “Sí” hizo posible lo inimaginable.

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