MODA

Denim con blanco, un clásico casual
Por Eva Maria de Trujillo

Todos apreciamos la mezclilla de algodón puro por ser un material agradabilísimo, fresco cuando hace calor, abrigador cuando hace frío. Teñido de azul índigo, hace siglos se usaba sólo como ropa de trabajo, hasta que en los años sesenta/setenta se puso de moda el bluyín y se popularizó. Hoy es una prenda casual clásica, ideal para ir a la universidad, para viajar, para un día de campo o simplemente para salir de compras.
Tanto en índigo oscuro, como en azul medio o pálido da un aspecto juvenil, sencillo y sobrio, siempre que el color sea uniforme, sólido, o sea, sin desteñidos, sin manchas, sin huecos, sin deshilachados, aunque digan por ahí que está de moda la ropa rota y deteriorada al estilo “grunge” o “shabby look”.
Combina con todo, con negro, amarillo, rosado, rojo… pero pienso que para la mujer tiene un encanto especial la combinación de una prenda en denim índigo con otra de hilo blanco puro, complementados por unos pocos accesorios de excelente calidad, como, por ejemplo, una fina correa de cuero y un bolso color miel, un collar o una pashmina, etc.


La variante femenina perfecta puede ser, por ejemplo, una falda lápiz en  denim, largo a la rodilla, con una camisa impecablemente blanca y un collar color rojo cereza; o tal vez una falda larga en denim índigo oscuro, abotonada adelante, con una blusita blanca y una pashmina estampada en colores vivos.
Gratamente casual se ve la camisa clásica en denim, muy suave, muy suelta, de manga larga remangada, sobre camiseta blanca y unos yines de buen ajuste (pero no demasiado apretado, pues lo exagerado quita elegancia). 
Muy atractiva también la combinación de unos pantalones vaqueros oscuros, algo tesos, con top amarillo y, encima, un bonito blazer blanco.
Para el clima cálido faltaría mencionar el encanto juvenil de la chaqueta cazadora en tela denim, sobre un vaporoso vestido en ojalillo blanco.
Para clima frío, los vaqueros o la falda yin, con buzo tejido blanco, una chaqueta de cuero color miel, un gran bolso y unas bonitas botas cortas.

En fin, para el “chic” del denim, como en todo, vale el criterio de la sobriedad, la calidad y el buen gusto: Menos es más.

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