SALUD Y BIOÉTICA

Ecos del VII Congreso Internacional de la Familia.
Hogar y Empresa: ¡Sí se puede!
MUJER, TRABAJO, HOGAR: APORTES INSOSLAYABLES

Sandra Idrovo Carlier, INALDE, Ecuador - Colombia

por Sonia  A. Muñoz F. MD

En el mundo actual hay cambios de alto impacto, debidos a la entrada masiva de la mujer al ámbito laboral y al trabajo doméstico-cuidado de los hijos, por parte del hombre.
Como consecuencia para la mujer, los dos ámbitos se vuelven permeables  y no es posible una división absoluta entre trabajo-casa. Llevamos lo profesional a lo doméstico y al contrario; pero nos olvidamos que, “soy lo que soy por mi historia familiar y mi trabajo se ve reflejado por lo que soy”.

El ámbito doméstico es el lugar donde se origina el desarrollo humano, pues se necesita el cubrimiento de necesidades básicas de las personas, a través del cuidado, para insertarnos en el mundo.
En Colombia, las labores domésticas hacen parte, según el DANE, del trabajo que contribuye a la producción de servicios sin ninguna remuneración; ocupa en las mujeres un promedio de 7horas y 23 minutos/día y en los hombres 3 horas 10 minutos/día (ENUT, 2013).
Pero las tareas domésticas son un trabajo reconocido racionalmente por todos en un 100% (Hernáez-Idrovo, 2012); porque aportan a la economía (Eisler, 2007), configuran la identidad (Idrovo-Hernáez, 2013), fomentan el desarrollo humano (Arias, 2007; PNUD 1995), satisfacen el trabajo y el ámbito familiar (Janen et al, 2003; Stevens et al, 2007). 
El nivel de satisfacción individual se construye con la familia dentro del hogar; es importante porque se refleja en un mejor ambiente familiar y mejor desempeño laboral. La mujer, para sentirse satisfecha, necesita que el trabajo doméstico le sea reconocido y agradecido.
Pero el trabajo doméstico es invisible.
A nivel público hace falta que haya un reconocimiento económico; la doble carga laboral afecta a la mujer y está afectando los índices de salud pública (pero no hay datos cuantificados y así es imposible implementar acciones).
 
También hay una escasa valoración social del trabajo doméstico remunerado (personas que trabajan en el oficio del hogar) y un desconocimiento de los procesos (preparación y aprendizaje) y de los tiempos involucrados, para lo cual hace falta aplicar más tecnologías que aporten menos valor agregado.
A nivel privado este trabajo es una necesidad que se torna imprescindible; dependemos de los cuidados del hogar; pero como no es reconocido, lleva a la aversión “no me gusta”, “se me quema hasta el agua”, etc. Y reducimos la realización de la vida humana solo a la dimensión profesional.
 
Sin embargo, se nos olvida que para la ejecución de las actividades al interior del hogar, requerimos y desarrollamos habilidades, tales como la responsabilidad, el trato humano, la comunicación, la paciencia, la iniciativa, la resolución de problemas, la flexibilidad, la creatividad, el trabajo en equipo. Habilidades que- trasladadas al ámbito laboral- son las más apreciadas por los directivos de las empresas; pero… al ejecutivo le pagamos muy bien y el trabajo doméstico lo despreciamos: “yo no hago nada”, “no estudio, ni trabajo, estoy en la casa”.
 
¿Entonces qué pasa con la mujer? El balance trabajo laboral-trabajo  doméstico es difícil, “si nos dedicamos mucho a lo uno, perdemos lo otro”. A diferencia de los hombres,  no significa lo mismo el éxito-crecimiento laboral que la satisfacción laboral; porque ellas se ven obligadas a delegar el cuidado de los hijos  y de la casa.
 
Se hace necesario, entonces, realizar cambios.
A nivel público, desarrollar políticas que garanticen un mínimo de sostenibilidad social que apoye la flexibilidad laboral.
A nivel de las organizaciones empresariales, cambiar a sistemas flexibles y de apoyo que mejoren los niveles de salud, de energía física-psicológica, y la productividad de la mujer.
A nivel individual, es necesario identificar qué nos hace felices y actuar acorde, para disminuir los niveles de frustración e  infelicidad, y reconocer  no solo a nivel racional, sino en la práctica, que el trabajo doméstico es trabajo 100%, que debe ser valorado por la misma mujer, por el grupo familiar y por la sociedad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario