
Hogar y Empresa: ¡Sí se puede!
EL VALOR DEL TRABAJO PROFESIONAL Y DOMESTICO
Juan López P., Universidad Panamericana, México, Gloria I. Sanchez, Universidad de Caldas
por Sonia A. Muñoz F. MD
A partir del capitalismo, la invisibilización del trabajo doméstico - “tareas aburridas, mal agradecidas y no remuneradas” - crea una división social y sexual del trabajo.
La familia le garantiza a la sociedad la producción de energía humana. En el seno familiar la persona se siente protegida, repone sus necesidades materiales-afectivas, recupera su energía vital y las actividades del hogar le dan un valor agregado a cada persona (aprende valores y virtudes).
En la situación actual, los dos cónyuges generalmente proveen sustento doméstico y económico. La mujer debe saber administrar los recursos del hogar para que la familia sienta bienestar. Si empezamos a reconocer-visibilizar el trabajo doméstico, seremos capaces de delegar, lo cual requiere la colaboración de todo el grupo familiar y esto ayudará a que se creen políticas públicas de ayuda.
En el campo laboral, la mujer es exitosa porque aporta sus características propias: la ternura, la disciplina, la honestidad, la rectitud, la delicadeza y la eficacia; pero si ella no se siente satisfecha con el equilibrio alcanzado entre su hogar y su trabajo, éste puede convertirse en un “cultivo de neurosis y de divorcios”. El ejercicio de un feminismo bien entendido, hará visible su vocación para que no haya una “liberación de la sexualidad y de la maternidad”, ni una competencia económica con el hombre en el hogar.
Y restituyendo el valor de la amistad-diálogo conyugal, se encontrará el respeto a la vocación personal, familiar, profesional y la ponderación adecuada de la fecundidad.
A todos los lectores les deseo ¡feliz y santa Navidad y un feliz Año Nuevo!.
La familia le garantiza a la sociedad la producción de energía humana. En el seno familiar la persona se siente protegida, repone sus necesidades materiales-afectivas, recupera su energía vital y las actividades del hogar le dan un valor agregado a cada persona (aprende valores y virtudes).
En la situación actual, los dos cónyuges generalmente proveen sustento doméstico y económico. La mujer debe saber administrar los recursos del hogar para que la familia sienta bienestar. Si empezamos a reconocer-visibilizar el trabajo doméstico, seremos capaces de delegar, lo cual requiere la colaboración de todo el grupo familiar y esto ayudará a que se creen políticas públicas de ayuda.
En el campo laboral, la mujer es exitosa porque aporta sus características propias: la ternura, la disciplina, la honestidad, la rectitud, la delicadeza y la eficacia; pero si ella no se siente satisfecha con el equilibrio alcanzado entre su hogar y su trabajo, éste puede convertirse en un “cultivo de neurosis y de divorcios”. El ejercicio de un feminismo bien entendido, hará visible su vocación para que no haya una “liberación de la sexualidad y de la maternidad”, ni una competencia económica con el hombre en el hogar.
Y restituyendo el valor de la amistad-diálogo conyugal, se encontrará el respeto a la vocación personal, familiar, profesional y la ponderación adecuada de la fecundidad.
A todos los lectores les deseo ¡feliz y santa Navidad y un feliz Año Nuevo!.
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