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El café y los licores 
por  Lily Mosquera de Jensen

La pasión por el café llegó a Europa durante el siglo XVII y desde entonces se le ha dado significado de placer y de bienestar. Desde aquella época, las altas clases sociales y los círculos culturales lo servían como bebida elegante que proporcionaba momentos de gozo y de lucidez mental.

Se ha cultivado desde entonces la costumbre de servir café y licores después de la cena, como un sello de distinción y deferencia con los invitados.

Después de servir una elegante cena, la anfitriona sugiere levantarse de la mesa y pasar al salón o a la biblioteca, donde se suele servir el café y los licores. Los invitados pueden charlar con aquellos con los que no han tenido la oportunidad de hacerlo. Antiguamente los hombres pasaban a un salón diferente donde podían fumar, beber y tomar café, pero más que nada hablar de temas que no interesaban a las señoras o que no eran aptos para ellas. Hoy día, los grupos se forman en corrillos, unos de pié, otros sentados, mientras el personal de servicio ofrece café o aguas aromáticas en teteras de plata o porcelana.

Las tazas pueden ser de la misma vajilla o de una diferente. El tamaño de las tazas de café es pequeño, y la aromática puede servirse en las tazas de te. Algunas vajillas muy completas traen unas tacitas de tamaño intermedio que son las más apropiadas para las infusiones. Se pueden ofrecer también chocolates, trufas o cualquier otro dulce. El mesero los dejará distribuidos en distintas mesitas para que los invitados puedan cogerlos.

Los licores o ‘puscafés’ se ofrecen después del café, con el fin de prolongar la tertulia. No es necesario tener una gran variedad de licores pero sí de buena calidad. Los más habituales son el cognac, el armagnac, el cointreau, o algún licor de hierbas, como crema de menta, o de frutas, como el calvados. Es probable que algunos invitados opten por el whisky o vodka, que posiblemente estaban tomando antes de la cena.

Cada tipo de licor se sirve en copas diferentes. El cognac y el armagnac se sirven en copa de tipo balón y se sostiene abrazándola con la mano. Los licores de fruta o hierbas se sirven fríos, en vasitos o copas muy pequeñas.

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