HACER HOGAR

Preparándonos para Navidad
por  Elizabeth Aguilar

Cuando se funda una familia, se heredan costumbres de los antepasados y a ellas se añaden otras que surgen a lo largo de la vida. Cuando nos casamos, mi esposo y yo aportamos a nuestro hogar las tradiciones que heredamos de nuestros padres, la mayoría muy similares porque veníamos de familias católicas. Con el tiempo y ya hace treinta años, implementé una bella tradición europea: la corona de Adviento.
Adviento abarca los cuatro domingos antes del 24 de diciembre y es un tiempo de preparación para la venida de Jesús. Cuando se espera un bebé en toda las familias aumenta la ilusión a medida que se acerca la fecha.


Para el primer domingo de Adviento (que este año cae en 29 de noviembre) se arma una corona con ramas verdes, adornada con motivos alegres y cintas, semejante a la que se coloca en la puerta, pero para poner en forma horizontal sobre una mesa. En ella se colocan 4 velas gruesas, que se van encendiendo una el primer domingo, esa y otra el segundo domingo, y así sucesivamente, hasta encenderlas todas el domingo anterior a Navidad. En la noche de Navidad se encienden también todas durante la cena.


En mi caso he tenido muchas coronas a lo largo de los años, últimamente la hago sobre una gran batea de madera llena de piñas de pino, manzanas verdes naturales, ramas de pino y otros adornos alegres y, claro está, 4 velones blancos de diferentes tamaños. Invito a otros familiares para este evento, cada vez enciende las velas un miembro diferente, leemos un texto del Evangelio de san Lucas, se entona un villancico y cada persona le ofrece un regalo espiritual a Jesús.


Cuando mis hijos estaban pequeños, le armaban un ajuar al Niño Dios con buenos propósitos; los pañales, ser más obediente, las camisitas, ser más ordenado, entre otras cosas. Luego compartimos un postre o galletas. También lo hacemos durante una de las comidas del domingo correspondiente.
Esta bella tradición ya la han implementado algunos miembros de mi familia y amigas, pero en especial mis tres hijos en sus respectivos hogares. En las  parroquias también se vive esta tradición.

 

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