MODA

¿Vestidos, o desnudos velados?
por Eva María de Trujillo

Ahora abundan los encajes. En las modas hay que saber discernir, porque se imponen a veces tendencias peligrosas. Jugar con transparencias es todo un arte,  porque la elegancia se esfuma cuando se falta al pudor. 
Lo vimos en este reinado cuando algunos diseñadores de vestidos de gala llamaron la atención mediante cuerpos semidesnudos ligeramente velados por unos tejidos transparentes. Y en cierta alfombra roja neoyorquina, recientemente también hubo más sensacionalismo que diseño, pues algunas celebridades acapararon las cámaras usando vestidos extremadamente transparentes. Parecía que algunas ‘estrellas’ estaban compitiendo por cuál de ellas se atrevería a más desnudez.
“Se supone que son iconos de moda, y no llevan puesto nada”, comentó entonces Carolina Herrera, diseñadora  venezolana de prestigio internacional, cuestionando el atractivo estético de los diseños de sus colegas y recomendó a las actrices que se cubran un poco más. Agregó: “Piensan que es muy moderno ir desnudos o casi desnudo. Piensan que con esos vestidos van a llamar la atención de los jóvenes y la respuesta es  ¡No! ”, dijo en una entrevista al Washington Post, porque “en la vida tiene que haber algo de misterio”.
“Para mí la moda es un asunto de tejidos, diseños y no de cuerpos semidesnudos. Para mí la moda es originalidad, sofisticación y belleza…”, concluyó la elegante diseñadora venezolana.


Estamos de acuerdo con doña Carolina: Belleza no es lo mismo que exhibición. Moda no necesariamente es lo mismo que elegancia. Hay modas exhibicionistas que convierten a las usuarias en objetos.
En esas transparencias exageradas ya no se trata de un romántico jugueteo con telas, encajes y velos. Detrás de esas transparencias exageradamente sensuales, la intención ya no era la de vestir, sino que se traspasó el umbral de la vergüenza. 

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