FAMILIA

EDUCAR CON EL EJEMPLO
por Marta Cecilia Vergara A.

¿Quieres que tus hijos sean alegres? Sé alegre. ¿Quieres que tus hijos tengan buenas amistades? Ten buenas amistades. ¿Quieres que tus hijos sean piadosos? Sé piadoso. ¿Quieres que tus hijos sean honestos? Sé honesto.  
Y así sucesivamente, con todas las virtudes que quisieras para tus hijos. Porque ellos las aprenderán viéndote. 
Claro que no será una garantía, porque los padres nos equivocamos o a veces no somos coherentes, y porque además los hijos también imitan otros comportamientos y actitudes del ambiente en que se mueven.
Pero desde pequeños los niños necesitan esas bases ciertas, unos principios vividos que puedan ser los cimientos de su personalidad. Querrán desarrollar aquellas virtudes que los hacen más felices, aquello que les ayuda a ser mejores personas. Aprenderán inconsciente y constantemente lo que ven hacer a sus padres. Esos valores que han aprendido en su familia serán la base en el momento de tomar decisiones; buscarán vivir como lo han aprendido en su casa.
¿Qué valores ven nuestros hijos en nosotros? 
¿Qué están aprendiendo como base para su vida futura? 
El cariño es siempre más efectivo que el castigo. La ternura abre las posibilidades de comunicación, posibilita el aprendizaje y permite la mutua confianza. 
Por ellos, los padres somos capaces de convertirnos en mejores personas. 
¿Qué debo yo cambiar?

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