DOCTRINA Y VIDA

JUNIO y el SAGRADO CORAZÓN
por Concepción Campá

Empezamos junio y la Iglesia dedica al Sagrado Corazón de Jesús no solo su fiesta, sino todo el mes, y me parece una gran luz para todos los católicos quienes como miembros de la Iglesia sentimos el amor de Dios, el amor de Cristo, que entregó su vida por nosotros.
¿Cómo podemos corresponder a tanto amor?
Cada uno podría hacerse esa pregunta en su propio corazón:
¿Amo a Dios a través de mis propios amores humanos? 
¿Acudo a la Santa Misa para amar, desagraviar y adorar a Jesús en la Hostia Santa? 
¿Lo amo desde mi familia, mi trabajo, desde mis ilusiones o dificultades, desde mis aficiones – incluso el mundial de fútbol –?
Jesús, Dios y Hombre Verdadero, ama al mundo con corazón de hombre, un corazón que sirve de cauce al amor infinito de Dios. 
Nadie nos ha amado más que Jesús y nadie nos amará más.
Me amó – dice San Pablo – y se entregó por mí, y cada uno de nosotros puede repetirlo como jaculatoria. 
Cuando miramos un Crucifijo, vemos la herida en el costado que le hizo uno de los soldados y de la cual salió sangre y agua. Esta herida abierta nos recuerda hoy el amor inmenso que nos tiene Jesús, pues nos dio hasta la última gota de su preciosa sangre.
Tal vez hemos crecido con un cuadro de la imagen del Sagrado Corazón colgado en un lugar principal de la casa, y esto nos movía a la piedad. Nos daba un gozo en nuestro corazón y nos salía del alma pedirle perdón y darle gracias, y su mirada amorosa nos llenaba de confianza.  
Y hoy seguimos repitiendo: “Jesús, en Vos confío.”

No hay comentarios:

Publicar un comentario