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NECESITAMOS A NUESTROS AMIGOS
por  Lily Mosquera de Jensen

Las experiencias que la vida nos ofrece, ya sean agradables o difíciles, son enseñanzas que debemos aprovechar para descubrir las circunstancias positivas que nos pueden complacer. Los amigos sinceros siempre aparecen y se manifiestan con cariño, ya sea en una ocasión difícil, que nos hace sufrir, o también en aquellas circunstancias que nos llenan de alegría y nos expresan felicitaciones.
Recientemente he descubierto el afecto y la sinceridad de los amigos, en otra faceta combinada: una ocasión desafortunada, de problemas de salud, que puede proporcionar una enorme felicidad, con las manifestaciones cariñosas y cordiales, con los mejores deseos de bienestar, de parte de amigos sinceros, cercanos y lejanos. Este factor conlleva una gratitud enorme y la gran satisfacción de percibir todo el significado y el valor de la amistad. 
Realmente contar con amigos sinceros representa un activo valioso para cualquier ser humano. 
Alguna vez leí que es más fácil hacer amigos que ser un buen amigo y creo que tiene algo de cierto. Para hacer amigos simplemente se trata de ser amable con aquellos nos gustan. Para ser un buen amigo, realmente hay que hacer el esfuerzo, tratar de añadir valor a sus vidas y de esta forma se experimenta una gran realización.
Algunas veces se puede aprender, si tiene un amigo culto. O también, le puede enseñar algo interesante. Pero lo más importante, es que pueda contar con su amistad, en las diferentes circunstancias.
Hay regalos de los amigos que son siempre valiosos: el rato de agradable compañía, la voz de ánimo, la amable sonrisa, el estímulo que reconforta. Esta categoría de regalos, se aprecian especialmente cuando llegan de amistades de nuestra niñez. Por eso las inigualables reuniones de compañeras del colegio representan la mejor ocasión para descubrir y apreciar el significado de nuestra amistad y cómo nos proporciona bienestar y alegría con un poder restaurador. 
“La amistad redoblA las alegrías y reduce a la mitad las penas” (Bacon).
Las amistades son como las inversiones: se recibe lo que se invierte, y a veces toma tiempo. Pero los dividendos se pagan durante toda la vida.