Siendo niña conocí la Corporación para la Formación de la Mujer en el verano de 1979. Una amiga de mi Tía Liliam nos invitó al inicio de las actividades que se realizarían en ese periodo de vacaciones; había curso de culinaria, muñequería, etiqueta y tarjetería, entre otros. Me inscribí en el de muñequería donde, además de enseñarnos diferentes manualidades, nos daban una charla de formación que me gustaba mucho porque me ayudaba a ser mejor persona, mejor hija, hermana y amiga.
Al terminar el curso quise seguir asistiendo a las actividades que iban programando a lo largo del año, pues quería seguir aprendiendo; además hice amigas que también siguieron asistiendo conmigo y hoy en día nos consideramos hermanas.
Con el transcurrir de todos estos años solo tengo agradecimientos para la CFM por toda la formación, tanto profesional como espiritual, que me han brindado. He formado una familia en unión con mi esposo y mis tres hijos, llena de amor, respeto, ilusiones y mucha alegría.
Al terminar el curso quise seguir asistiendo a las actividades que iban programando a lo largo del año, pues quería seguir aprendiendo; además hice amigas que también siguieron asistiendo conmigo y hoy en día nos consideramos hermanas.
Con el transcurrir de todos estos años solo tengo agradecimientos para la CFM por toda la formación, tanto profesional como espiritual, que me han brindado. He formado una familia en unión con mi esposo y mis tres hijos, llena de amor, respeto, ilusiones y mucha alegría.
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