El arte de estar contenta
Por Lily Mosquera de Jensen
Por Lily Mosquera de Jensen
Algunas personas parecen tener ángel. Se les nota en su rostro, en su mirada, en su manera de hablar, en sus actitudes, en su interés por los demás. Siempre es agradable estar con ellos porque se percibe una fuerza que emana alegría y entusiasmo. Con frecuencia tienen también sentido de humor. Parece que aprovechan la vida para vivirla a plenitud, sin desperdiciarla. Le encuentran el lado bueno a las dificultades y no tienen la costumbre de renegar. No demuestran displicencia, ni aburrimiento y le sacan gusto a todo lo que hacen. Me pregunto si ellos habrán descubierto, en el universo, una fuerza dentro del ser humano para iluminar la vida, parecida a la que descubrió Edison en la fuerza de la energía para inventar el bombillo e iluminar los espacios. Ellos descubrieron el arte de estar contentos y, afortunadamente, como todo hábito, se puede adquirir. A eso debemos trabajarle, no importa la edad.
El concepto de felicidad es mucho más profundo y complejo. Los filósofos, religiosos, sicólogos despliegan sus teorías sobre cómo alcanzarla y coinciden en que es necesaria una verdadera paz interior y un acercamiento a Dios. El arte de estar contento es un concepto más sencillo, más elemental aunque sutil y a veces difícil. Es una actitud positiva ante lo que tenemos enfrente.
El concepto de felicidad es mucho más profundo y complejo. Los filósofos, religiosos, sicólogos despliegan sus teorías sobre cómo alcanzarla y coinciden en que es necesaria una verdadera paz interior y un acercamiento a Dios. El arte de estar contento es un concepto más sencillo, más elemental aunque sutil y a veces difícil. Es una actitud positiva ante lo que tenemos enfrente.
Hay niños egoístas que solo quieren lo mejor para ellos y siempre piden complacer sus caprichos. En cambio otros, demuestran una buena disposición y manifiestan alegría en sus caritas. Ni los viejos gruñones, ni los jóvenes malhumorados, ni los niños egoístas están contentos y los demás alrededor sufren las consecuencias.
El arte de estar contenta nos trae una buena ganancia, tanto para nosotras mismas como para las personas que nos rodean. Afortunadamente, como todo hábito, con la práctica se puede adquirir y a eso debemos aspirar, no importa la edad.
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