ETIQUETA

Los buenos modales no cambian 
por  Lily Mosquera de Jensen

La cortesía y el buen trato con los demás se basan en el sentido común y eso no ha cambiado. La amabilidad que se requiere en las relaciones interpersonales en el trabajo, o la encantadora simpatía de una buena anfitriona atendiendo a sus invitados estarán siempre de moda y esperamos fervientemente que se perpetúen para siempre.
Muchas modalidades han evolucionado así como cambia el tiempo y sus costumbres. Por ejemplo, el uso de comunicaciones electrónicas o el protocolo respecto a la mujer en el campo laboral son aspectos que las generaciones anteriores no se hubieran imaginado.
Uno de los factores actuales que afectan la buena interrelación con los demás es la densidad de la población en las ciudades grandes, ya que se hace más difícil la convivencia. Tanto los estratos altos con muchos apartamentos juntos, como los estratos pobres con verdaderos focos de hacinamiento, reúnen una gran cantidad de población que afrontan problemas a veces caóticos, que podrían evitarse si se tuvieran en cuenta esos aspectos del comportamiento humano que conllevan el respeto y la consideración por los demás. Recuerdo la pauta de televisión donde se mencionaba: “El respeto, compromiso de todos”. El impacto del vecino descortés es ahora mucho mayor que anteriormente, con una población menor.
Por otro lado, el tiempo parece que ahora corriera más rápido, y si la gente se trata con amabilidad, el camino se hace mas llano y fácil para establecer desde el principio las buenas relaciones. Por eso se debe pensar que la etiqueta no es un estorbo sino un buen conjunto de instrumentos para que nuestros instintos naturales incorporen amabilidad, respeto y consideración en nuestro comportamiento. Cuando estamos tan afanados y tan ocupados en lo que hacemos, es bueno recordar que actuar con cortesía y respeto hacia los demás, hace que nuestro mundo sea un lugar mas ameno para vivir.

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