FAMILIA

Dios en la familia
por  Elizabeth Aguilar


A principios del año fui a visitar a mi segundo hijo y a su esposa que vivían en Argentina. Hacía dos años que no los veía, desde su boda y posterior viaje para realizar estudios de posgrado. El día que llegué, me habían preparado un delicioso almuerzo, pero lo que más me emocionó fue cuando mi hijo bendijo los alimentos y agradeció por mi llegada. Esta costumbre de orar y dar gracias en las comidas se la habíamos inculcado desde muy pequeño en casa con mi esposo.  Al siguiente día, a la hora del desayuno, me sorprendió cuando tomó mi mano y la de su esposa, dio gracias y pidió bendiciones para la familia y para que todos los proyectos de ese día salieran muy bien. Era un ofrecimiento del día en familia que no le habíamos enseñado pero que él implementó en su propio hogar. En la tarde les acompañé a una parroquia cerca de su apartamento; fueron a encargar una misa de acción de gracias por todo lo recibido el año anterior.

Sin duda, el mayor legado que podemos dejarles los padres a nuestros hijos, es la fe; es lo que les ayudará a superar cualquier prueba a lo largo de sus vidas y les llenará  de paz y alegría. De igual forma, con el amor y con el ejemplo, cada uno de los esposos debe ayudar al otro a llegar al cielo.

Han sido innumerables los favores recibidos para mi familia a través de la oración. Cuando Dios se llevó a mi esposo, le dije: “Seguramente lo necesitabas más que nosotros, entonces por favor ahora hazte cargo de los chicos y de mí”. En verdad, lo ha hecho desde hace dieciséis años.

En ocasiones podemos desesperar al no recibir de Dios una respuesta inmediata, pero si perseveramos con fe, Él se manifiesta en el momento indicado con más de lo que esperábamos.

Hace poco le pedí al hermano de mi esposo quien es diácono en Miami, que bendijera mi nuevo apartamento; fue una sencilla pero muy bella ceremonia cargada de emoción de la cual me quedó este bello mensaje: 
Dios es el dueño del apartamento, nosotros somos sus huéspedes, por ello me siento más feliz y bien acompañada en mi hogar. 

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