MODA

De Blanco
por Eva María de Trujillo

En climas cálidos, la opción de vestir de blanco es tentadora por su frescura y simplicidad. Además, muchas invitaciones informales vienen con la sugerencia “Vengan todos de blanco”.
Por ello, conviene que repasemos aquellos consejos que alguna vez nos dieron sobre cómo usar un vestido blanco sin caer en sus trampas. 
  • El blanco es tan delicado que en cuestión de segundos deja de serlo. Por eso, el vestido blanco no es lo ideal para mamás con niños pequeños.
  • En el trabajo, el blanco pertenece tradicionalmente a la medicina y al sector salud. En otros ambientes laborales, la liviandad del vestido blanco generalmente no encaja con la seriedad del ambiente de negocios. Por eso en la oficina sólo cabe el vestido blanco cuando es de buena calidad y corte, p. ej. un conjunto o un sastre.
  • En las bodas, el blanco es privilegio de la novia; normalmente, ninguna mujer debe ir de blanco a su recepción.
  • Con piel bronceada, toda mujer se ve estupenda de blanco, pero aún así, conviene saber escoger el tono de blanco de acuerdo al tono de su piel. Les quedará mucho mejor un blanco marfil o un blanco crema a quienes tengan una piel de tonos cálidos. Un blanco crudo será ideal para pieles tipo oliva. Y solo las que tienen piel con subtono azulado o rosado se verán hermosas en un blanco clásico puro y frío.
  • Las telas blancas son altamente transparentes; ¡dejan ver casi todo lo que hay debajo! No caigamos en sus trampas y busquemos un material opaco y grueso, preferiblemente un lino, sobre todo para falda o pantalón blancos.
  • Toda tela blanca delgada requiere de un forro o del clásico “fondo” que nunca les faltaba a las abuelas.
  • Debajo de prendas blancas no conviene usar ropa interior de color, nisiquiera ropa interior blanca, porque se trasluce y roba la mirada. Resulta mucho más elegante hacer invisible la ropa interior llevándola del mismo tono de la piel. 
  • Lo blanco jamás debe llevarse apretado ni ajustado. El blanco necesita caída; no debe adherirse a la piel, pues las telas blancas marcan demasiado.
  • Un vestido blanco irradia tanta luz  que pocos adornos necesita: se complementa con un collar y unos stilettos rojos, por ejemplo, (para las valientes) o sandalias beige, camel, azules, plateadas, etc.. El zapato blanco aburre con vestido blanco.
  • Nuestra mejor inversión es sin duda linda blusa blanca, trabajada con encajes o lazos o vuelitos o flecos o lo que esté de moda. Para el diario, será la protagonista con el jean y la falda denim; y para un evento importante luce estupenda con un pantalón negro o una falda larga oscura.
   

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