MODA

VAMOS DE COMPRAS
por Eva María de Trujillo


Actualmente, la mayoría de la gente busca su ropa en la vasta oferta de los grandes almacenes, muchas personas la escogen en las pequeñas boutiques, y otras la compran sin salir de casa, mirando catálogos por internet y haciendo pedidos virtuales.
Sea cual fuere la forma de hacer compras, se recomienda hacerlas con la cabeza, con planeación y autodominio, para evitar arrepentirnos después de lo que escogimos sin pensar, a la carrera, por un impulso, en determinado estado anímico, o bajo la presión de una vendedora demasiado hábil.
Jamás veamos el “shopping” como una válvula de escape contra el aburrimiento o como compensación de frustraciones personales, ni tratemos de levantarnos el ánimo comprando compulsivamente toda cosa novedosa o rebajada, con tal de llenar ese vacío interior.

Primero que todo, analicemos nuestro vestuario, depuremos nuestro closet, descartando las prendas que ya no sirven, y establezcamos nuestras verdaderas necesidades de ropa y accesorios, según nuestro actual estilo de vida. 
Pensemos qué elementos nos hacen falta para complementar las prendas que ya tenemos. Establezcamos qué elementos básicos nos hacen falta para estar bien vestidas. Hagamos una lista de las prendas que necesitamos, anotando el color y estilo en que las buscamos.
Esa “shopping list” es la que vamos a llevar siempre que salgamos de compras. Si disponemos además de una cartilla de los colores que más nos favorecen, nos será muy útil. Con estas herramientas vamos con tarea definida, sin correr el riesgo de gastar lo presupuestado en cosas que no estamos necesitando.
Obviamente vamos a informarnos sobre las nuevas tendencias de la moda, obviamente compararemos precios, incorporaremos algunas innovaciones a nuestro vestuario, pero básicamente vamos con criterio estético claro y muy seguras de lo que va con nuestro estilo personal.
Más vale ir alertadas contra las tentaciones, pues nuestra sociedad de consumo está diseñada para crearnos a diario nuevas necesidades aparentes y vaciarnos la tarjeta de crédito. Si no tenemos bien definido lo que queremos, pues, sin darnos cuenta se nos va llenando el closet de artículos superfluos, inapropiados, inútiles, que nos recuerdan nuestras malas decisiones.  
Recordemos el dicho: "Lo barato sale caro". Realmente es mejor tener poco de lo bueno que mucho de lo malo. La clave está en buscar prendas de calidad, buen diseño, corte, material y acabado. Por ejemplo, una prenda tan vestidora como una buena chaqueta, no necesariamente tiene que ser extremadamente costosa; las hay excelentes, sabiendo escoger y aprovechar ofertas especiales. 

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