
Por: Concepción Campa
Ya llevamos tres meses de vivir esta gran empresa, de fortalecer
nuestra Fe y darla a conocer a los que no la tienen.
El Papa Benedicto XVI en la carta Porta Fidei dice: “Tendremos la
oportunidad de confesar la fe en el Señor resucitado en nuestras catedrales e
iglesias de todo el mundo, en nuestras casas y con nuestras familias, para que
cada uno sienta con fuerza la exigencia de conocer y transmitir mejor a las
generaciones futuras la fe de siempre”.
Se trata de conocer y transmitir mejor nuestra fe, ¿pero somos
capaces?
Vamos a hacernos varias preguntas:
-¿Mi fe es soporte en mi vida diaria?
-¿Rezo el credo con sentido de compromiso?
-¿Asisto a la Santa Misa los días de precepto como una
manifestación de mi fe?
La fe es decidirse a estar con el Señor para vivir con Él.
Comparte esto con tus familiares, amigos y verás cómo crece tu fe.
Seguimos con el documento del Papa, la Porta Fidei: “El Año de la
Fe es una auténtica y renovada conversión al Señor, único Salvador del mundo.
Dios, en el misterio de su muerte y resurrección, ha revelado en plenitud el
Amor que salva y llama a los hombres a la conversión de vida mediante la
remisión de los pecados. Para el Apóstol Pablo este amor lleva al hombre a una
nueva vida. Por el bautismo fuimos sepultados con Él en la muerte, para que, lo
mismo que Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así
también nosotros andemos en una vida nueva”. Gracias a la fe, esta vida nueva
plasma toda la existencia humana en la novedad radical de la resurrección (…)
La fe “que actúa por el amor” se convierte en un nuevo criterio de pensamiento
y de acción que cambia toda la vida del hombre.
Pidamos a Jesús que nos ayude a realizar este cambio.
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