DOCTRINA Y VIDA

Tiempo de Cuaresma
Por Concepción Campá

El Catecismo de la Iglesia tiene un último capítulo dedicado a la llamada universal a la oración y el tiempo de Cuaresma tiene un doble fin: conocer más la vida de Cristo a través de la oración y acompañarlo en el camino a la Cruz.

Jesús, durante estos cuarenta días quiero acompañarte, aprender de Ti el valor del sacrificio y oír lo que Tú me hablarás a través de la oración. Me hablas del amor a los demás, de cómo tengo que tratar a mis hermanos. En mi mente guardo tus advertencias: “si al llevar tu ofrenda al altar recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti…”
El ímpetu de tus palabras, Señor, limpian mi alma de suciedad, empujándome a un valiente examen de conciencia, para volver a la limpieza del amor. Abro mi corazón y veo que en ocasiones está lleno:
• de ira
• de rencor
• de juicios injustos.
A causa de esto, mi corazón pone sobre los demás la hiel del propio mal humor y tengo una visión deformada de la realidad.


Jesús la lección que me das es clara:
• si quiero amarte, tengo que perdonar y pedir perdón;
• si quiero servirte, tengo que dar tiempo, cariño, ayuda a los demás.


Madre mía, guíame por la senda del perdón. Cogido de tu mano, tenderé la mía a todos aquellos a los que haya ofendido con mis pensamientos, con mis palabras o con mis obras.

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