por María Beatriz Toro de Luna
Dada la proximidad de la fiesta de los santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael el 29 de septiembre, y de los Ángeles Custodios el 2 de octubre, me parece oportuno que hablemos de su existencia y presencia en nuestras vidas.
Además porque creo necesario advertir que en las redes sociales se propaga una vasta ‘publicidad angelical’ de talleres de sanación con ángeles, mediadoras de ángeles, barajas de ángeles, citas con ángeles, canalizadores de ángeles y literatura esotérica sacada de la cábala, etc. Estas ofertas de angelología promovidas por movimientos de la 'Nueva Era' confunden a muchas personas incluso cristianas, porque ignoran que distan mucho de la sana doctrina que enseña la Iglesia Católica sobre los Ángeles.
Para un cristiano católico, los ángeles siempre están presentes en su vida. Su existencia es una verdad de fe. Ellos son, ante todo, servidores y mensajeros de Dios. Su misión secundaria es protegernos y ayudarnos a nuestra santificación, y eso es lo que hace nuestro Ángel de la Guarda; por eso le tenemos mucha devoción y le pedimos su ayuda para nuestra felicidad en esta vida y en la otra.
Los ángeles son criaturas puramente espirituales y personales dotadas de inteligencia y voluntad superiores a la nuestra, pero ellos no pueden intervenir en nuestros pensamientos y acciones si no se lo permitimos; por eso les hablamos y rezamos.
Las madres y abuelas siempre hemos sembrado en los hijos y nietos la devoción al Ángel de la Guarda, que en absoluto es cosa de niños y mujeres, sino una valiosísima verdad de fe. Conviene que todos seamos muy conscientes de su “dulce compañía” porque aquel Ángel Custodio que cada uno tenemos a nuestro lado, nos acompañará también durante nuestras vidas de adultos hasta el final, cuando seamos juzgados en la presencia de Dios.
Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento hablan de la existencia de los ángeles y del papel que desempeñan en la historia de la salvación y en la revelación. En las Sagradas Escrituras encontramos que los ángeles son muy numerosos, que hay categorías, y que ahí figuran con sus nombres 3 de los 7 arcángeles: Miguel, Gabriel y Rafael.
Quien quiera profundizar, puede leer en el Catecismo de la Iglesia Católica los números 328 y siguientes. También le recomendaría el artículo:
http://es.catholic.net/op/articulos/18456/cat/18/los-ngeles-y-la-nueva-era.html.
Además porque creo necesario advertir que en las redes sociales se propaga una vasta ‘publicidad angelical’ de talleres de sanación con ángeles, mediadoras de ángeles, barajas de ángeles, citas con ángeles, canalizadores de ángeles y literatura esotérica sacada de la cábala, etc. Estas ofertas de angelología promovidas por movimientos de la 'Nueva Era' confunden a muchas personas incluso cristianas, porque ignoran que distan mucho de la sana doctrina que enseña la Iglesia Católica sobre los Ángeles.
Para un cristiano católico, los ángeles siempre están presentes en su vida. Su existencia es una verdad de fe. Ellos son, ante todo, servidores y mensajeros de Dios. Su misión secundaria es protegernos y ayudarnos a nuestra santificación, y eso es lo que hace nuestro Ángel de la Guarda; por eso le tenemos mucha devoción y le pedimos su ayuda para nuestra felicidad en esta vida y en la otra.
Los ángeles son criaturas puramente espirituales y personales dotadas de inteligencia y voluntad superiores a la nuestra, pero ellos no pueden intervenir en nuestros pensamientos y acciones si no se lo permitimos; por eso les hablamos y rezamos.
Las madres y abuelas siempre hemos sembrado en los hijos y nietos la devoción al Ángel de la Guarda, que en absoluto es cosa de niños y mujeres, sino una valiosísima verdad de fe. Conviene que todos seamos muy conscientes de su “dulce compañía” porque aquel Ángel Custodio que cada uno tenemos a nuestro lado, nos acompañará también durante nuestras vidas de adultos hasta el final, cuando seamos juzgados en la presencia de Dios.
Tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento hablan de la existencia de los ángeles y del papel que desempeñan en la historia de la salvación y en la revelación. En las Sagradas Escrituras encontramos que los ángeles son muy numerosos, que hay categorías, y que ahí figuran con sus nombres 3 de los 7 arcángeles: Miguel, Gabriel y Rafael.
Quien quiera profundizar, puede leer en el Catecismo de la Iglesia Católica los números 328 y siguientes. También le recomendaría el artículo:
http://es.catholic.net/op/articulos/18456/cat/18/los-ngeles-y-la-nueva-era.html.
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