MODA

MAMÁ TIENE TIEMPO
por Eva María de Trujillo

Que mamá estuviera ahí y tuviera tiempo de escuchar y abrazar, eso era el gran lujo que vivió nuestra generación. La presencia de mamá es como un oasis, un refugio en medio de las asperezas e incógnitas de un mundo a veces inhóspito. 
El estilo de vida actual dificulta esa cercanía sosegada. Por mucho que ayude el móvil a comunicarse con mamá ausente, no deja de ser una voz a la distancia sin presencia. 
Hoy se vive bajo presión: se habla de prisa, se lee por encima, se textea en abreviatura; se trabaja de prisa para poder financiar lo que la publicidad dice que necesitamos ya y está de moda; luego se divierte de prisa y con mucho ruido; en vacaciones se viaja con programa apretado, corriendo tras un placer y otro, tras una emoción y otra, para llegar extenuados y seguir corriendo. Al cabo del tiempo  queda un sinfin de fotos que ni hay tiempo de mirar…

La enfermedad de nuestro tiempo es la falta de sosiego para mirarse a los ojos y hablar sin interferencias. Falta silencio interior para poder asimilar un mar de informaciones y vivencias imposibles de digerir a la velocidad a la que se producen; falta tiempo para interiorizar y generar un pensamiento propio. Sin tiempo de reflexión, nuestras opiniones corren peligro de ser mera copia de lo que alguno divulgó en las redes. Así fácilmente perdemos nuestra individualidad y nos convertimos en borregos. No debemos vivir empujados por una avalancha.
Toda persona – ante todo una mamá que es multiplicadora de bienestar mental -   necesita a diario un espacio de quietud para adentrarse en su corazón, para recobrar la conciencia de sus actos y encauzar sus pasos. 
Por eso, regálate todos los días un rato de silencio para reflexionar y sentir bajo la mirada de Dios lo que hay dentro de tí. Así serás una mamá estupenda; serás una mamá con tiempo y tu tiempo te rendirá más.

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